No comprendo. La sed del agua fría
se calma al tercer trago; la del vino,
otro tanto, y el paladar más fino
se cansa del manjar que requería.
El sueño acaba al empezar el día,
y la pereza al verse en el camino;
todo anhelo se va tal como vino
apenas toma lo que pretendía.
Y sin embargo hay una sed extraña
que mantiene sin fin toda su saña...
Quizá sean cosas de la adolescencia,
pero devoré anoche la manzana
y de nuevo me hallaba esta mañana
trémula toda de concupiscencia
(Carmen Jodra Davó)
Pintura: "Ninfa", Inna Tsukahina