miércoles, 29 de febrero de 2012

"HAIKU (el humano)", Mayte Dalianegra


Abandonado
por dioses, a su suerte,
vive el humano.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: "The death of the first born" (" La muerte de los primogénitos"), 1812, Sir Lawrence Alma-Tadema

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lunes, 27 de febrero de 2012

"VUELVE, SIRENA", Mayte Dalianegra

 
Ese mar arcaico y abisal,
que alimenta al mundo
de mitos y leyendas,
reclama tu presencia, sirena.

Los caballitos de mar
te envían mensajes
insertados en botellas
que a la deriva navegan,
envidiosos de un destino
de aguas fuera;
quisieran ser los corceles
de la carroza de Cenicienta
o veloces purasangres
compitiendo por el oropel
de un trofeo en Ascot,
a la sombra de mil pamelas.
Y los narvales anhelan
ser unicornios
y acompañar en un cuadro
a una casta y bella dama.

Mas los pulpos, ¡ay, los pulpos!
ya no salen de su asombro
al ver que no tienes alas, que no vuelas, 
sino nadas,
con esa cola de escamas que relumbra 
con su plata.

Vuelve, sirena, al redil
del océano gentil que un día te inventara,
eres Venus submarina
con el torso de Nereida y, como ella,
ayudas a los marinos en su vigilia obligada,
pues se enamoran de ti, de tu cabello encendido
de cobre, azafrán y fuego,
de la perla de tu rostro,
de tus pechos voluptuosos,
de tu canto que enajena...

Vuelve, sirena, y que olviden
que las alas te cambiaron por una cola de pez
y sin sexo te dejaron.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: "The land baby" (Hija de la tierra), John Collier (1850 - 1934)

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"HAIKUS (DE CAMINO)", José Juan Tablada

Hotel "La Esperanza"
En un mar de esmeralda
Buque inmóvil
Con tu nombre por ancla.

Remanso
Las espumas del río se arremansan
Y entre las piedras fingen
Grandes esponjas blancas...

Hongo
Parece la sombrilla
Este hongo polícromo
De un sapo japonista.

Atalaya
A la víbora que cruza el camino
Anuncia desde el árbol el pájaro
A tiempo que se acerca el peregrino.

La guacharaca
¿Asierran un bambú en el guadual?
¿Canta la guacharaca?
Rac... Rac... Rac...

Tucuso montañero
Plumaje azul turquí
Y largo pico, es un
Gigante colibrí...

Raíces
Ondula por el suelo y se entierra
De pronto la raíz del caucho
Como una culebra...

Gramíneas.
Espigas que fingen orugas
Y aprendices de mariposas
Al extremo de un tallo se columpian.

Tormenta
Tormenta en el camino...
Cuando un gallo cantaba
Anunciando el ya próximo cortijo.

En camino
Seis horas a pie por la montańa,
Ladra un perro lejano...
¿Habrá qué comer en la cabańa...?

Pedregal
A mis pies arroyos de plata;
Brillan bajo el sol y la lluvia
Las piedras del camino de la montaña.

... ? ...
Doble fulgor apenas móvil
En la senda nocturna. ¿Acaso un buho?
¿Acaso un automóvil...?


José Juan Tablada

Pintura: "Trigal con cuervos" (1890) Vincent van Gogh, Museo Nacional van Gogh, Amsterdam, Holanda

"HAIKUS (EN EL JARDÍN)", José Juan Tablada

Libélula
Porfía la libélula
Por prender su cruz transparente
En la rama desnuda y trémula...

Día de sol
Hay una mariposa
En cada flor...

Día lluvioso:
Cada flor es un vaso
Lacrimatorio...

Narciso
Brinda el Narciso al florecer
Diminutos platos y tazas
De oro y marfil... y olor de té!

En Liliput
Hormigas sobre un
Grillo inerte. Recuerdo
De Guliver en Liliput...

Luciérnagas
El jardín bordan
Alternativamente
Con una lentejuela en cada rosa...

Vuelos
Juntos, en la tarde tranquila
Vuelan notas de Ángelus,
Murciélagos y golondrinas.

Cigarra nocturna
Cascabel de plata
En un trémulo hilo
De luna...
José Juan Tablada
Pintura:"A bit of the terrace" o "Early morning stroll" (" Una parte de la terraza" o "Paseo en la mañana temprano"), 1890, William Merritt Chase

domingo, 26 de febrero de 2012

"NO VIVO EN MANDERLEY", Mayte Dalianegra


No vivo en Manderley,
ni soy la marioneta ninguneada por el espectro
de Rebeca De Winter
y su ama de llaves Mrs. Danvers
(que se pasa las horas evocando
los días de vino y rosas
bajo las sábanas,
mientras afila la hoja de una faca).

Tampoco soy la exquisita anfitriona
de esa mansión, insubordinada al viento,
que se yergue
en la distinguida ciudad de Ramos Mejía,
en tu Buenos Aires querido.

Solo soy
una mujer sencilla,
una mujer del pueblo,
humilde y modesta
—pero nunca mansa—,
insumisa
ante la imposición,
ante el dictado ajeno,
ante el adoctrinamiento 
que conduce al totalitarismo.
Una mujer del montón, como tantas otras,
que no se tiene por menos ni por más
que cualquier otra,
pero a la que no le pudre
el corazón la neutralidad
para ganarse una posición cómoda.
Una que se suma a las causas perdidas,
a las de los que no tienen voz,
o a las de los que, teniéndola,
nunca es escuchada,
aunque eso suponga
recibir el azote de los victimarios.
Una que, sin ser orgullosa ni arrogante,
sin envanecerse,
siempre lleva la frente muy alta,
no solo porque las penas
—que haberlas, las hubo, y muchas—
no la araron de sal como a Cartago
y aún la luce tersa,
sino también
porque su propia conciencia
nada le reclama.

No vivo en Manderley
(¡ni quiero!),
vivo herida por la vida, como
el herido al que cantara Miguel,
y como él, como su árbol talado,
retoño.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura:"Retrato de Wally Toscanini" (1925), Alberto Martini

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"HAIKUS (DRAMAS MÍNIMOS)", José Juan Tablada

Heroísmo
Triunfaste al fin perrillo fiel
Y ahuyentado por tu ladrido
Huye veloz el tren...

Kindergarten
Desde su jaula un pájaro cantó:
¿Por qué los nińos están libres
Y nosotros no?...

Luciérnagas
La inocente luciérnaga se oculta
De su perseguidor, no entre las sombras
Sino en la luz más clara de la luna...

La carta
Busco en vano en la carta
De adiós irremediable,
La huella de una lágrima...

. . . . . . . .
Como el agua, el ensueńo
Si cuaja es sólo
Hielo...

A un crítico
Crítico de Bogotá:
¿Qué sabe la rana del pozo
Del cielo y del mar?

El insomnio
En su pizarra negra
Suma cifras de fósforo...

Identidad
Lágrimas que vertía
La prostituta negra,
Blancas... ¡como las mías...!

Nocturno
Sombra del volcán al ocaso
Y en la bóveda inmensa, gritos
De invisibles aves de paso...

Coyoacán
Coyoacán, al pasado muerto
El coyote de tu jeroglífico
Lanza implacable lamento...

Crapodina
Tú también viste, pobre sapo,
Caer una estrella en tu charco;
Y la mujer a mí y a ti la estrella
Se nos volvió diamante en la cabeza!

Estrella errante
Fugaz como el instante en que la miro
Une el cielo a la tierra
Y a su llanto de oro mi suspiro...

(José Juan Tablada)

Pintura: "Un momento de reflexión",  Delphin Enjolras

"JAPÓN", José Juan Tablada

¡Áureo espejismo, sueño de opio,
fuente de todos mis ideales!
¡Jardín que un raro caleidoscopio
borda en mi mente con sus cristales!
Tus teogonías me han exaltado
y amo ferviente tus glorias todas;
¡yo soy el siervo de tu Mikado!
¡Yo soy el bonzo de tus pagodas!

Por ti mi dicha renace ahora
y en mi alma escéptica se derrama
como los rayos de un sol de aurora
sobre la nieve del Fusiyama.

Tú eres el opio que narcotiza,
y al ver que aduermes todas mis penas
mi sangre --roja sacerdotisa--
tus alabanzas canta en mis venas.

¡Canta! En sus cauces corre y se estrella
mi tumultuosa sangre de Oriente,
y ése es el canto de tu epopeya,
mágico Imperio del Sol Naciente.
En tu arte mágico --raro edificio--
viven los monstruos, surgen las flores
es el poema del Artificio
en la Obertura de los colores.

¡Rían los blancos con risa vana!
Que al fin contemplas indiferente
desde los cielos de tu Nirvana
a las Naciones de Occidente.

Distingue mi alma cuando en ti sueña
--cuando sombrío y aterrador--
la inmóvil sombra de la cigüeña
sobre un sepulcro de emperador.

Templos grandiosos y seculares
y en su pesado silencio ignoto,
Budhas que duermen en los altares
entre las áureas flores de loto.

De tus princesas y tus señores
pasa el cortejo dorado y rico,
y en ese canto de mil colores
es una estrofa cada abanico.

Se van abriendo si reverbera
el sol y lanza sus tibias olas
los parasoles, cual Primavera
de crisantemos y de amapolas.

Amo tus ríos y tus lagunas,
tus ciervos blancos y tus faisanes
y el ampo triste con que tus lunas
bañan la cumbre de tus volcanes.

Amo tu extraña mitología,
los raros monstruos, las claras flores
que hay en tus biombos de seda umbría
y en el esmalte de tus tibores.

¡Japón! Tus ritos me han exaltado
y amo ferviente tus glorias todas;
¡yo soy el siervo de tu Mikado!
¡Yo soy el bonzo de tus pagodas!

Y así quisiera mi ser que te ama,
mi loco espíritu que te adora,
ser ese astro de viva llama
que tierno besa y ardiente dora
¡la blanca nieve del Fusiyama!

José Juan Tablada

Pintura: "Spring flowers, peonies" (" Flores de primavera, peonias") 1889, William Merritt Chase

"HAIKUS (ÁRBOLES)", José Juan Tablada

Saúz llorón
Romántico saúz, lloraste tanto
Que agobiado, en el río te reflejas
Como en tu propio llanto...

Palma Real
Erigió una columna
La palma arquitectónica y sus hojas
Proyectan ya la cúpula.
 Oreodoxa regia

Bambú
Ave aristotélica, mudas,
Oh bambú del Otońo,
Tus hojas, como plumas...

José Juan Tablada

Pintura:"The clearing or edge of the wood" (" El claro o borde del bosque") 1895, Paul Ranson

viernes, 24 de febrero de 2012

"ADIÓS, TRISTEZA, ADIÓS", Mayte Dalianegra


Tú, que me lees, 
posiblemente no sepas lo que es la tristeza,
en cuyo caso debes sentir agradecimiento.

Es algo prodigioso,
de una fuerza sobrenatural
superior a las de Hércules y Sansón
aunando sudores.

Una fuerza imantada
más perseverante que la gravedad terrestre
y más inteligente que lo fueran
Isaac Newton y Albert Einstein juntos,
pues es capaz, por sí misma,
de inducirte a realizar un viaje
a través del Gran Cañón del Colorado
—con esa magnificencia cromática
con la que solo la tierra,
en sacra compaña con el cielo y el agua,
puedan combinarse—,
para finalizar tan solemne peregrinaje
saltando al vacío.

O puede ser capaz, también,
de invitarte a un ágape
cuyas suculencias incluyan la cicuta
entre las ensaladas.

Es una gran señora la tristeza,
se cubre la cabeza con sombrero 
emplumado de avestruz,
como la Catrina que pintara Diego Rivera,
pero no sonríe como esta,
ni ondula la boa de plumas
de quetzal
sobre los hombros huesudos,
pues es osamenta desprovista
de la gracia de una vida ulterior.

Nada en ella habita,
es una existencia vacua,
difunta desde el mero momento de su concepción.

Pero en este día de espléndidos soles
me despido de ella:
adiós, tristeza, adiós, ya en nada me puedes,
ya no me desbordas,
ni en ningún rincón me anidas.

(Mayte Dalianegra)

Ilustración de Wladyslaw Theodor Benda para la revista “Life-Theatre” en su número 5 de octubre de 1922

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"LA SAETA", Antonio Machado.

¿ Quién me presta una escalera
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?

Saeta popular.

 ¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!

Antonio Machado.

Pintura: "El Cristo crucificado o Cristo de San Plácido" (1632) Diego de Silva Velázquez, Museo del Prado.

"DE ATLÁNTIDA", José Juan Tablada

Lucen del Ocaso los pálidos cobres
y del mar que duerme, los blancos estaños,
y van derramando perfumes salobres
las olas que cantan con tonos extraños.

De pronto, el mar glauco se ve cristalino,
las sombras palpitan de luz salpicadas
y el alba triunfante de un sol submarino
derrama sus luces en aúreas cascadas . . .

Cual pasa en los claros cielos estivales
la nébula errante de un claro de luna,
pasa estremeciendo los verdes cristales
un delfín de plata con su aleta bruna.

En el fondo tiemblan esbeltas arcadas
de ópalos brillantes y ágatas obscuras . . .
¿Es que, obedeciendo la voz de las hadas,
Atlántida tiende sus arquitecturas?

Silenciosa surge del regio palacio,
como iluminada por luces astrales,
La Nereida rubia de ojos de topacio
y frente ceñida de rojos corales.

Y tras ella nada, jadeante y bronco,
a grandes brazadas, el tritón fornido,
el que airado sopla su caracol ronco
y en las tempestades lanza su alarido.

Aparece luego como Anadyomena,
la de voz que arrulla como dulce flauta,
la fascinadora y ardiente sirena,
la que entre sus brazos adormece al nauta.

En alga marina su frente corona,
su vientre escamado fulgura y radía;
parece una heroica, gentil amazona
que viste armadura de oro y pedrería.

Y pasa nadando silenciosa y rauda,
tendiendo en las ondas sus brazos amantes,
mientras que los golpes de su verde cauda
dejan una estela de claros diamantes.

¡Mísero del nauta que surque esos mares!
la onda está quieta; la noche serena;
los astros esplenden y dulces cantares
modula la brisa . . . Pero la sirena,

al mirar la quilla del bajel errante
que el espejo terso de la mar desflora,
lanzará en al noche su canción amante
y el arrullo dulce de su voz traidora! . . .

José Juan Tablada

Pintura: "Spiraling mermaid and sea lions" (" Espiral de sirena y leones de mar"), Sheila Wolk

"LAS PROSTITUTAS", José Juan Tablada

Las prostitutas
Ángeles de la Guarda
de las tímidas vírgenes;
ellas detienen la embestida
de los demonios y sobre el burdel
se levantan las casas de cristal
donde sueñan las niñas...

José Juan Tablada

Pintura: "Au salon de la Rue des Moulins" (" El salón de la calle de los Molinos") 1894, Henri Toulouse-Lautrec

Mis poetas favoritos: JOSÉ JUAN TABLADA

José Juan Tablada, fue un poeta mexicano (Ciudad de México en 1871, Nueva York en 1945). Modernista en su primera etapa José Juan Tablada defendió esta corriente en la Revista Moderna (1989-1911) pero pronto percibió el arte como algo dinámico y en continuo movimiento. En 1900 fue al Japón. Desde entonces se interesó en "el ejemplo naturalista de los japoneses" cuya estética permite no una copia sino una "interpretación plástica" de la naturaleza. Se puede considerar que inicia la poesía contemporánea mexicana y se le considera el introductor de los haikais japonese. En 1914 se exilió en Nueva York. Da libertad a la metáfora antes que los ultraístas y escribe poemas ideográficos casi al mismo tiempo que Apollinaire. Posteriormente inicia un proceso de depuración verbal que lo enlaza con la poesía contemporánea, tanto es así que revela a los futuros "Contemporáneos" un nuevo sentido del paisaje, el valor de la imagen y el poder de concentración de la palabra.

Sus temas son muy variados y destaca su cuidada palabra. Hoy está reconocido como uno de los nombres fundamentales de lo que luego fue la vanguardia hispanoamericana.

Publicó El florilegio (1899), Al sol y bajo la luna (1918), Un día… (1919), Li-Po y otros poemas (1920), El jarro de las flores (1922) y La feria (1928). Falleció el 2 de agosto de 1945 en Nueva York.

miércoles, 22 de febrero de 2012

"TU TRISTEZA Y LA MÍA", Mayte Dalianegra

Tu tristeza y la mía
van de la mano,
van de la mano, niño,
entrelazadas.

Hundidas en un río
son dos guijarros,
son dos guijarros, niño,
son dos guijarros.

Tu tristeza y la mía
en fondo claro,
en el lecho vencidas
por un remanso,
tu tristeza, transida,
y mi tristeza,
sumida en llanto.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: “La metamorfosis de Narciso” (1937), Salvador Dalí

Música: "Shout" (tema de cabecera de la serie de TV "Romulus"), compuesta por Tears for Fears e interpretada por Elisa


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"MADRIGAL DE VERANO", Federico García Lorca.

Junta tu roja boca con la mía,
¡oh Estrella la gitana!
Bajo el oro solar del mediodía
morderá la manzana.

En el verde olivar de la colina
hay una torre mora,
del color de tu carne campesina
que sabe a miel y aurora.

Me ofreces en tu cuerpo requemado
el divino alimento
que da flores al cauce sosegado
y luceros al viento.

¿Cómo a mí te entregaste, luz morena?
¿Por qué me diste llenos
de amor tu sexo de azucena
y el rumor de tus senos?

¿No fue por mi figura entristecida?
(¡Oh mis torpes andares!)
¿Te dio lástima acaso de mi vida,
marchita de cantares?

¿Cómo no has preferido a mis lamentos
los muslos sudorosos
de un San Cristóbal campesino, lentos
en el amor y hermosos?

Danaide del placer eres conmigo.
Femenino Silvano.
Huelen tus besos como huele el trigo
reseco del verano.

Entúrbiame los ojos con tu canto.
Deja tu cabellera
extendida y solemne como un manto
de sombra en la pradera.

Píntame con tu boca ensangrentada
un cielo del amor,
en un fondo de carne la morada
estrella de dolor.

Mi pegaso andaluz está cautivo
de tus ojos abiertos;
volará desolado y pensativo
cuando los vea muertos.

Y aunque no me quisieras te querría
por tu mirar sombrío,
como quiere la alondra al nuevo día,
sólo por el rocío.

Junta tu roja boca con la mía,
¡oh Estrella la gitana!
Déjame bajo el claro mediodía
consumir la manzana.

Federico García Lorca.

Pintura: "Rosina", (1878), John Singer Sargent.

"POEMA XIX", Pablo Neruda


Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.

Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras
de la negra melena, cuando estiras los brazos.
Tú juegas con el sol como con un estero
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.

Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.

Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.

Pablo Neruda

Pintura: "Muchacha egipcia desnuda" (1891), John Singer Sargent

viernes, 17 de febrero de 2012

"ROMANCE DEL BIOMBO", Jesús Romero Valiente

Me pedías, dulce Mayte,
Que te hablara de mi biombo,
Pieza a tu juicio finida
Con muy bastante decoro.
Escucha estas tres razones
Que te escribe este buen mozo,
Y no olvides la receta
Por si te tienta el tesoro.
A listones de buen pino
Pegué tablas con buen ojo,
Enteladas las sus juntas
Y estucado cual gracioso,
Lija gorda y lija fina,
No te cause mucho engorro,
Hasta hacer la superficie
Tan pulida como un globo.
Goma laca se unta ahora,
Luego traza los contornos
Con regla, compás y escuadra,
Fiel pulso, no tembloroso.
Si no viene a tu cacumen
Dibujo que sea mono,
Busca en libros de ornamentos
Uno que cuadre y hermoso.
Como siempre que trabajo,
Me complace hacerlo solo,
Llevome aquesta tarea
Días y días de enojo:
Repetí dieciocho veces
El mismo cuadro dichoso.
Témpera luego y pincel
Para perfilarlo todo,
Viene el momento crucial
De asir con mixtión el oro.
Por que fuese reversible,
Como chaqueta de moro,
Usé el prusia por un lado,
Por el otro el cadmio rojo;
Caro óleo pues me gusta
Que resulten bien los tonos;
Y en lugar de dorar siempre,
Plata puse al lado otro.
Las bisagras adecuadas
Atornillé sin desdoro,
No se caen mis anillos
Por mancharme algo de polvo.
Cual mi cachondo romance,
Tomó su fin este biombo,
Y pues su cara te gustó
Del revés te envío fotos.

Jesús Romero Valiente

Pintura: "Painting breathes life into sculpture" ("Pintando alientos de vida en la escultura"), 1893, Jean León Gerôme

jueves, 16 de febrero de 2012

"ROMANCE DE LA RESPUESTA", Mayte Dalianegra


Bien medido y bien rimado
me dejó un romance el mozo
que a los granos de las lijas
las uñas donara sólo,
y los dedos se limpiara
con aguarrás incoloro.

Que de colores intensos
pintara un ornado biombo,
el anverso azul de Prusia,
el revés de cadmio rojo,
por delante con estrellas
de plata, trazado hermoso
(lacerías y arabescos),
por detrás, de rojo y oro.

Llevole aquel cometido
hasta clavarse de hinojos,
pero al final resultole
un verdadero tesoro
que moneda no lo compra.

Aunque ya veo un engorro,
pues mire por donde mire...
¡no veo ninguna foto!

(Mayte Dalianegra)

Pintura: "Painting breathes life into sculpture" ("Pintando alientos de vida en la escultura"), 1893, Jean León Gerôme
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miércoles, 15 de febrero de 2012

"LA CARAMBOLA", Mayte Dalianegra


La carambola bosqueja sendas
emplazadas en un nido de águila
despojado por la audacia del cetrero.
Esboza
la bienaventuranza,
ocasionalmente cuaja profecías,
y siempre aprehende
estrellas fugaces de veloz augurio,
intimidadas ante la presencia
de un designio que no conoce lo divino.
La carambola respira el vértigo de la semilla.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: “El rapto de Ganimedes” (1650), Eustache Le Sueur, Museo del Louvre, París
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jueves, 9 de febrero de 2012

"UNA FÁBULA EN VERSO LIBRE COMO LA LIBERTAD", Mayte Dalianegra


Creía el gavilán que la paloma era suya,
pues se reflejaba en el espejo
de sus fieros ojos de tigre
—ávidos de sangre y de despojos—
la imagen sublimada de la victoria.

Creía que era suya,
y anhelante esperaba el momento apropiado 
del inmisericorde
y definitivo ataque.

Presagiándolo inminente,
alzó el majestuoso vuelo.

Sus alas pardas de arcángel de la muerte
rozaban las alturas 
hasta constelar el cielo 
de estrellas dibujadas
con baba de caracol.

Afilando garras
en el borde de la estratosfera,
se arrojó en picado
sobre la desventurada víctima,
pero ella, audaz en el último instante,
esquivó la inercia que guiaba su fin.

Creía el gavilán que la paloma era suya,
pero se equivocaba, se equivocaba.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: “Pigeon” (“Paloma”), David Caesar
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"HAIKU (el maquillaje)", Mayte Dalianegra

Polvo de arroz
blanquea inexpresivo
rostro de geisha.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: "Hara" (2004), Claire Bridge
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"HAIKU (la herma)", Mayte Dalianegra


Herma, cabeza
y sexo en la columna
de mármol griego.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: "The tease" (La broma), 1901, John William Godward
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"HAIKU (las estrellas)", Mayte Dalianegra

Esas estrellas
plateadas refulgen
en tu mirada.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: "La estrella de la mañana", Alphonse Maria Mucha
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"HAIKU (las huellas)", Mayte Dalianegra


Los pasos labran
huellas sobre la nieve.
Invierno frío.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: "Christmas Eve" ("Víspera de Navidad"), John Everett Millais (1829 - 1896)
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miércoles, 8 de febrero de 2012

"MI MADRE", Mayte Dalianegra


Mi madre era naranjo en flor, era hermosa
como lo son todas las madres,
como lo son las cenizas de los recuerdos,
como lo es la vida a pesar de sus trances.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: “Lección de música” (1877), Frederic Leighton
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"TORNASOLANDO EL FLANCO", Enrique Banchs.

Tornasolando el flanco a su sinuoso
paso, va el tigre, suave como un verso,
y la ferocidad pule cual terso
topacio el ojo seco y vigoroso.
Y despereza el músculo alevoso
de los ijares, lánguido y perverso,
y se recuesta lento en el disperso
otoño de las hojas... el reposo.
El reposo en la selva silenciosa,
la testa chata entre las garras finas,
y el ojo fijo, impávido custodio,
espía, mientras bate con nerviosa
cola el haz de férulas vecinas
en reprimido acecho... así es mi odio.

Enrique Banchs.

Pintura de Valeria Kulikova Vladimirovna.

lunes, 6 de febrero de 2012

"AMOR", Mayte Dalianegra


A Rafael

Su nombre dormía
entre las paredes de su corazón
como duerme el fruto
en el cáliz de la flor.

Una mañana abrió los párpados
y pudo dibujar sus sílabas
en el horizonte.

Le pareció conocer ese nombre
desde mucho tiempo atrás,
le pareció que no le era ajeno ni extraño,
le pareció que se pronunciaba
permitiendo que entrase una bocanada de aire
y consintiendo que saliese el mismo aire,
vibrante y caliente,
a través del anillo de sus labios.

Se atrevió a intentar articularlo
con la voz madura del azúcar:
lo vocalizó pausadamente, deteniéndose
en su inicio y en su culmen,
acariciando la liviandad de sus alas.

Después lloró.

(Mayte Dalianegra)

Pintura de Yoel Díaz Gálvez

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"SUEÑO", Enrique Banchs.

Suena en la palidez lunar el viejo
hierro de la cadena y la roldana.
¡Ay!; de la luna al pálido reflejo
he visto el esqueleto de Morgana.

Todo de blanco mármol resaltaba
en medio de la noche en el pozo seco,
y Morgana espectral allí se escuchaba
del pozo del Ensueño, sólo el eco.

-Hermana mía, deja la cadena
que en vano baja y sube, en vano suena.
-Agua quiero subir del pozo viejo:
bajo la luz lunar será mi reflejo.

-¿Para qué has de sacarla, hermana mía?
Si te ves, tu pupila lloraría.
-Unas brujas me han dicho que no existo.
¿Soy siempre bella?, di, tú que me has visto.

-Sigue bajando el cubo en sombra vana,
sigue bajando el cubo, hada Morgana.
(Agua, no subas nunca; agua, sé pía,
porque si te saca, lloraría).

Enrique Banchs.

Pintura: "The nightmare", ("La pesadilla"), 1781, Henry Fuseli.

"SOMBRA", Enrique Banchs.

Si la muerte es final, total olvido,
el alma, en ese sueño no sentido,
nada es, pues no sabe que ha vivido;
nada, pues de sí misma está vacía.

O, acaso, sombra es de lo que ha sido,
y en vena vana hay eco de un latido
y oye caer en ilusorio oído
hojas secas de extinta melodía.

Sombra. Sombra de todo lo perdido,
reflejo que por siempre ha recogido
fugaz amor e instante de agonía,

y por siempre, en el Tiempo detenido,
sueña que es cierto su vivir mentido
porque espera la muerte todavía.

Enrique Banchs.

Pintura: "Butades o el origen de la pintura", (1791), Joseph Benoît Suvée, Groeningemuseum, Brujas, Bélgica.

sábado, 4 de febrero de 2012

"TODAVÍA", Mayte Dalianegra


Todavía me resulta un misterio
que te haya querido tanto.

Todavía me pregunto
si en la hora en que tus ojos
se cruzaron con los míos,
pasó un duende,
o si en aquella cerveza que tomaba
mientras tú saboreabas un café,
algún nigromante o hechicero
vertió líquido, polvos o a saber qué.

Porque nada explica,
ni la lógica encuentra fundamento
al porqué de esta incógnita irresoluble,
al porqué de algo sin justificación.

Todavía me pregunto
si en el tiempo que me reste de existencia
descubriré la respuesta
a esta cuestión, o si vagaré, mortificada,
lastrando la plegaria de que alguien
a este enigma le halle la solución.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: "Circe envidiosa" (1892), John William Waterhouse
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"LA URNA", Enrique Banchs.

Entra la aurora en el jardín; despierta
los cálices rosados; pasa el viento
y aviva en el hogar la llama muerta,
cae una estrella y raya el firmamento;

canta el grillo en el quicio de una puerta
y el que pasa detiénese un momento,
suena un clamor en la mansión desierta
y le responde el eco soñoliento;

y si en el césped ha dormido un hombre
la huella de su cuerpo se adivina,
hasta un mármol que tenga escrito un nombre

llama al Recuerdo que sobre él se inclina...
Sólo mi amor estéril y escondido
vive sin hacer señas ni hacer ruido.

Enrique Banchs.

Pintura: "The naiad" ("La naiade"), John William Waterhouse (1893).

Mis poetas favoritos, ENRIQUE BANCHS.

Enrique Banchs, ((Buenos Aires, 1888-1968). Poeta argentino considerado uno de los más destacados representantes de la lírica pura, aun cuando cronológicamente se vincule al modernismo, si bien él se definió como un poeta tradicionalista, tributario de la herencia romántica. Banchs, que vivió siempre en su ciudad natal, integró el grupo de la primera época de la revista Nosotros y dirigió la publicación pedagógica El Monitor de la Educación Común.

Su poesía se nutre de dos orígenes diferenciados: su propia experiencia vital y la reminiscencia de sus lecturas. Dio a conocer a principios del siglo XX cuatro libros de poemas, escritos entre los 19 y 23 años, en los que reflexiona sobre el papel del poeta y la poesía: Las barcas (1907), El libro de los elogios (1908), El cascabel del halcón (1909) y La urna (1911).

miércoles, 1 de febrero de 2012

"LOS LOTOS DEL NILO", Mayte Dalianegra


Caía la noche sobre los nenúfares,
sus gráciles curvas se desdibujaban
bajo las tinieblas que alejan el día.

Se abrían corolas entre las tinieblas,
floreciendo en nácar, en ópalo, en luna.

Jardines fluviales que se lleva el río
entre los meandros reptando escondido.

Tan carnosos lotos envueltos en vida,
iluminan aguas con brillante albura.

Jardines flotantes van a la deriva,
se los lleva el curso sagrado del Nilo.

Las flores nocturnas que el alba repliega,
comparten las horas con los cocodrilos.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: “Nenúfares en verde azul” (1897), Claude Monet

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