lunes, 30 de septiembre de 2013

"ASÍ VIVO", Mayte Dalianegra


Ausente y desdeñosa, de espaldas a la vida,
de frente ante la muerte,
así vivo.

Con los pies heridos por el filo cortante
de un lindero que extingue corduras
y enlaza sinrazones,
envuelta en furiosas llamaradas,
en deflagraciones que rasgan los aromas persistentes
y devuelven al océano las aguas
que en otros días
bebieron con deleite los helechos.

Vivo en ti por las noches,
cuando la luna enciende los festines de lobos,
y los árboles derraman
el caudal taimado de sus sombras
sobre mi carne deseosa y ardiente.

 Vivo, también, confinada
en las lucernas de tus ojos verdes
y en el eco vibrante de tu voz
pronunciando mi nombre
en crisoles de azúcar, mientras destierras
la soledad de mi piel
 manando borbotones de espuma.

(Mayte Dalianegra)

Pintura de Christian Gaillard

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"TRISTEZA", Max Jacob

¡Ay, no quedan esperanzas!
Mi alma está triste.
Ni padre, ni madre,
ni hermano, ni amigo.
Mi miseria impertinente.
Ah, si no obstante se supiera
cuán tierno y contrito
me ha hecho la desventura.

Max Jacob.

Pintura: "The wounded cavalier" (El caballero herido), 1856, William Shakespeare Burton.

"ORACIÓN", Max Jacob

Permitid, Señor, un
poco de lujuria en este
mundo.
Permitid que el roce de
los labios sea caliente
levadura,
permitid que las
pupilas de luto del
deseo se hundan en el
pozo de otros ojos,
permitid que la mano
del osado amante
palpe la sangre ajena
estremecida.
Dejad hervir las entrañas
de los machos sobre la
piel desnuda,
dejad el juego de los
adolescentes labios
bucear en los senos de
los lirios,
dejad las vírgenes con
su secreto fuego
ardiendo en piras
escondidas,
dejad los muslos de los
verdes tallos
mezclarse en llamas
de tacto, en apretadas
lianas de caricias.
Que el rubor se
desnude enteramente
y la escultura
surja de tactos y
torrentes,
que los zumos de los
ojos exprimidos y de
brazos,
mane de fuentes
secretas y de labios.
Permitidlo, Señor, que
ya sufren sus penas
los humanos,
que ya, bastante, la
carga duró sobre sus
hombros.

Max Jacob.

Pintura de Angela Fraleigh.

"CEMENTERIO", Max Jacob

Si a mi marido lo echáis
 Irá a parar al cementerio,
 Rosa blanca, rosa blanca y rosa roja.

 Mi tumba es como un jardín,
 Como un jardín roja y blanca.

 El domingo iréis, rosa blanca,
 A pasearos por allí,
 Blanco mugueto y rosa blanca.

 Para los muertos Tía Yvonne
 Una corona de alambre
 Les trae de su jardín,
 De alambre pintado y flores de satín,
 Blanco mugueto y rosa blanca.

 Si Dios quiere resucitarme
 Yo subiré al Paraíso, rosa blanca,
 Con una aureola dorada,
 Blanco mugueto y rosa blanca.

 Si mi marido volviese,
 Rosa blanca y rosa blanca,
 Juntito a mi tumba viene,
 Blanco mugueto y rosa blanca.

 Acuérdate de nuestra infancia, rosa blanca,
 Cuando en el muelle jugábamos,
 Blanco mugueto y rosa blanca.

 Max Jacob.

 Pintura de Christine Marie Løvmand (1803-1872).

Mis poetas favoritos: MAX JACOB

Max Jacob (Quimper, Bretaña, 11 de julio de 1876 - Campo de concentración de Drancy, 5 de marzo de 1944). Escritor, poeta, dramaturgo y pintor francés de origen judío, de tendencia surrealista. Su obra está influida por la estética de los cubistas, con quienes trabó estrecha amistad.

Cuando llegó a París, procedente de la Bretaña, trabajó en un almacén. Ése fue el momento en que vivió su única historia de amor. Hacia 1905 conoció a G. Apollinaire y Picasso, y siguiendo el consejo del pintor, que le sugirió que viviera como un poeta, dejó su empleo, se dedicó a pintar, escribir, ayunar y frecuentar Montparnasse. En esa época publicó sus primeros volúmenes, teorizó sobre el "poème en prose" y se relacionó con los pintores cubistas y los poetas dadaístas.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

"NADA", Mayte Dalianegra


Nada
te detiene,
nada en ese crepitar oscuro,
en esa sinfonía de sombras
impermeables
donde crecen tu miedo
y tu agonía,
donde nacen de sal
las oraciones
que eleva tu voz
mística y leve.
Son trémulas plegarias
erigidas a un cielo
tan sordo como mudo,
son preguntas
que se quedan en penumbra.

La razón de por qué respiras
o te mueves,
no la busques
en el núcleo de las letras,
ni la encuentres
en la voz enamorada.

Ya nada, nada te detiene,
nada impedirá
ese derrumbe
que te lleva de la luz
a las tinieblas,
que en cascada tumultuosa
te declina
menguando la albura de tus días,
pues caminas desgajado de tu alma,
henchido de vacíos,
hambriento de esperanzas.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: “Decalcomanía” (1966),  René Magritte. Colección de Noémi Perelman Mattis y Daniel C. Mattis
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Música: Empire, Kasabian

martes, 24 de septiembre de 2013

"NILO ABAJO", Pedro Gandía


El río es el reflejo
del sueño de la vida.

Silenciosas falucas
cortan de blanco el aire.
Chicos nubios, papiros
florecen las riberas.

El reflejo es el sueño
del río de la vida.

Entre las cañas, túnicas
como garzas de luz.
Los desnudos bucean
la verdad del origen.

El sueño es el reflejo
del río de la vida.

El ónix de los cuerpos
en el jade del agua.
Bandada de ibis corta
el agua azul del cielo.

Es el sueño del río
reflejo de la vida.

Las riberas van, vienen.
Cae la luz. Saluda
en la penumbra un niño.
Retrocede el paisaje.

El sueño del reflejo,
el río de la vida.

Pedro Gandía.

Pintura: "El prisionero" (1863), Jean León Gérôme.

"BATALLA ÚLTIMA", Pedro Gandía

Abrumador ejército de lanceros embiste
satánica belleza en ajustado cuero.

Los potros se encabritan por su cintura ígnea,
por sus ojos de turbios y anhelantes rubíes,
por sus labios –venero de besos criminales–.

El gímnico celeste afila sus estrellas.
Y, en la tiniebla, grita la pasión de los hierros.

Los hijos de la noche destruyan el poemario.
Jamás haya otra lumbre que el hipnótico espejo
líquido de la pátera
del infernal doncel.

Pedro Gandía.

Pintura: "Minerva armándose" (1613), Lavinia Fontana. Galería Borghese, Roma.

Mis poetas favoritos, PEDRO GANDÍA

Pedro Gandía (Cuenca, 1953). Poeta, narrador, traductor, ensayista, crítico literario, pintor, escultor, fotógrafo y video-artista español.
 
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia, cursó estudios en el Conservatorio Superior de Música y en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos.

Residió en Paris durante dos años, y ha viajado por muchos países del mundo compaginando siempre la actividad artística con la literaria. Actualmente dirige las colecciones "Jade", de narrativa y de poesía del Instituto de Estudios Modernistas.

Ha publicado los poemarios, con fecha de creación adjunto al título: Sábana Blanca - Sábana Negra , 1972 (Valencia, Imprenta Quiles, 1973), Cacería, 1973 (Madrid, Playor, 1983), Tríptico del Tiempo, la Belleza y la Muerte,1974-1976 -con ilustraciones de Carlos de la Rica- (Cuenca, El Toro de Barro, 1983), Columnata, 1973-1974 (Valencia, Editorial Instituto de Estudios Modernistas, 1990), Amuatar,1977-1980 -con ilustraciones de Carlos Forns Bada y epílogo de Carlos de la Rica- (Málaga, Canente, 1992), Bajo una luz antigua, 1973-1976 -poemas en prosa- (Altea, Ediciones Aitana, 1993), Hel i xs , 1980-1995 -escrito en catalán, I Premi Josep Maria Ribelles- (Valencia, Camacuc, 1998), El perfume de la pantera, 1982-1983 (Valencia, Editorial Instituto de Estudios Modernistas, 1999) y Acrópolis, 1984-1990, 1992-1995 –Premio Internacional de Poesía “Hermanos Argensola”- (Barcelona, DVD, 2011).

jueves, 19 de septiembre de 2013

"SÓLO QUERÍAS DE LAS ROSAS", Mayte Dalianegra

Sólo querías de las rosas
su aroma almibarado,
y esos pétalos de terciopelo
que se ensortijan
como los bucles de un querubín,
empero vegetales aguijones
recorren los tallos
que tus dedos transitan.

Mayte Dalianegra.

Pintura de Eloise Harriet Stannard.
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"ANNABEL LEE", Edgar Allan Poe

Hace de esto ya muchos, muchos años,
cuando en un reino junto al mar viví,
vivía allí una virgen que os evoco
por el nombre de Annabel Lee;
y era su único sueño verse siempre
por mí adorada y adorarme a mí.

Niños éramos ambos, en el reino
junto al mar; nos quisimos allí
con amor que era amor de los amores,
yo con mi Annabel Lee;
con amor que los ángeles del cielo
envidiaban a ella cuanto a mí.

Y por eso, hace mucho, en aquel reino,
en el reino ante el mar, ¡triste de mí!,
desde una nube sopló un viento, helando
para siempre a mi hermosa Annabel Lee
Y parientes ilustres la llevaron
lejos, lejos de mí;
en el reino ante el mar se la llevaron
hasta una tumba a sepultarla allí.

¡Oh sí! -no tan felices los arcángeles-,
llegaron a envidiarnos, a ella, a mí.
Y no más que por eso -todos, todos
en el reino, ante el mar, sábenlo así-,
sopló viento nocturno, de una nube,
robándome por siempre a Annabel Lee.

Mas, vence nuestro amor; vence al de muchos,
más grandes que ella fue, que nunca fui;
y ni próceres ángeles del cielo
ni demonios que el mar prospere en sí,
separarán jamás mi alma del alma
de la radiante Annabel Lee.

Pues la luna ascendente, dulcemente,
tráeme sueños de Annabel Lee;
como estrellas tranquilas las pupilas
me sonríen de Annabel Lee;
y reposo, en la noche embellecida,
con mi siempre querida, con mi vida;
con mi esposa radiante Annabel Lee
en la tumba, ante el mar, Annabel Lee.

Edgar Allan Poe.

(Versión de Luis López Nieves).

Pintura: "Entre las ruinas" (1904), Lawrence Alma-Tadema.

martes, 17 de septiembre de 2013

UNA SOMBRA", Mayte Dalianegra


Nunca te haré el desayuno
ni te arroparé en la cama,
tan sólo seré una sombra.
Una sombra que te ama.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: "Isolda", Frank Dicksee (1853 - 1928)
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"¿DESEAS QUE TE AMEN?", Edgar Allan Poe

¿Deseas que te amen? No pierdas, pues,
el rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser
y aquello que no eres, no.
Así, en el mundo, tu modo sutil,
tu gracia, tu bellísimo ser,
serán objeto de elogio sin fin
y el amor... un sencillo deber.

Edgar Allan Poe.

(Versión de Luis López Nieves).

Pintura de Ken Hamilton.

"A LA CIENCIA", Edgar Allan Poe

¡Oh Ciencia! tu eres la verdadera hija del
viejo tiempo, tu, cuya mirada indiscreta transforma
todas las cosas! ¿Por qué haces tu presa
del corazón del poeta, oh buitre, cuyas alas son
las sombrías realidades? ¿Cómo podría él
amarte? Como te creería sabia si no has
querido dejarlo vagar en sus ensueños en busca
de tesoros en el seno de los cielos constelados,
por más de que hasta allí subiera con ala intrépida?
¿No has arrancado Diana a su carro,
y obligado a las hamadriadas de la selva a buscar
un asilo en alguna otra estrella más feliz?
¿No has sacado a la náyade de su ola, al elfo de
su pradera verde y a mí mismo no me has arrebatado
mi sueño estival bajo los tamarindos?

Edgar Allan Poe.

(Versión de Luis López Nieves).

Pintura: "El alquimista", Thomas Wyck (1616-1677), Museo del Hermitage, San Petesburgo, Rusia.

martes, 3 de septiembre de 2013

"ELDORADO", Edgar Allan Poe

Brillantemente ataviado, un galante caballero,
viajó largo tiempo al sol y a la sombra,
cantando su canción, a la busca del Eldorado.

Pero llegó a viejo, el animoso caballero, y
sobre su corazón cayó la noche porque en ninguna
parte encontró la tierra del Eldorado.

Y al fin, cuando le faltaron las fuerzas, pudo
hallar una sombra peregrina.—Sombra,—le
preguntó—¿dónde podría estar esa tierra del
Eldorado?

"Más allá de las montañas de la Luna, en
el fondo del valle de las sombras; cabalgad,
cabalgad sin descanso—respondió la sombra,—si
buscáis el Eldorado....".

Edgar Allan Poe.

(Versión de Luis López Nieves).

Pintura de Víctor Crisóstomo Gómez.