sábado, 31 de diciembre de 2011

"HAIKU DEL AÑO NUEVO", Mayte Dalianegra


El año nuevo
será felicidad,
dicha sin par.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: "Amorcillo durmiente" (1882), Leon Perrault

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jueves, 29 de diciembre de 2011

"NO VUELVAS A DECIRME", Mayte Dalianegra


No vuelvas a decirme que soy cruel,
no vuelvas a envolverme entre la bruma
de crespones de tul ennegrecidos
por el humo de antorchas encendidas.

No vuelvas a acusarme de estulticia,
de ignorar tantas leyes que me aplicas,
que la noche se clava en mis costillas
como faca de filo corcovado.

No vuelvas a mirarme con desidia,
ni a eyectarme a los ojos el hirviente
fuego encolerizado de tu ira,
que soy violeta lacia, vulnerada
por la siniestra faz de una agonía.

(Mayte Dalianegra)

Pintura de Henry Meynell Rheam

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"IMPOSIBLE", Víctor Botas.

Sería
muchísimo mejor que no fumara
tanto,
me dicen
ceñudos los doctores.
Imposible
seguir tan buen consejo:
este humo
que vuela entre mis dedos (no comprenden
nada) es la
contestación de un conformista,
la sola valentía que aún me queda.

Víctor Botas.

Pintura: "Voluptuoso fumar", Charles Edouard Desmond Delort, (1841 - 1895).

"ESTÁS ENTRE LAS COSAS QUE ME ACECHAN", Víctor Botas.

Estás entre las cosas que me acechan;
en el mar de esta tarde no esperada
que hoy es una tristeza y un fracaso;
en la luz del otoño y su arboleda
de rumores y sombras; paseando
por Roma, perdida entre la música
antigua de las fuentes; en el cuerpo
de una mujer que se peinaba cerca
de la arena y del mar; en cierto rito
de un día ya lejano; en el insomnio,
que es donde yo me escucho; en esas cosas
—una mirada, un hábito, un acento—
sin ninguna importancia, que nos pasan
y que no se resignan al olvido.

Víctor Botas.

Pintura: "Fuente de Villa Torlonia, Frascati, Roma", John Singer Sargent, (1856 - 1925).

"DE ESTE MILLAR Y PICO", Víctor Botas.

De este millar y pico
de libros que celosamente guardan
los anaqueles de mi biblioteca,
apenas diez
o doce
merecen ser nombrados. (Tu mirada
me falta;
de otro modo
toda literatura sería inútil).

Víctor Botas.

Pintura de Michael Shapcott.

Mis poetas favoritos: VÍCTOR BOTAS.

Víctor Botas, (Oviedo, 1945-1994) cursó estudios de Derecho en la Universidad de Oviedo. Entre 1969 y 1979 ejerció la abogacía, trabajó en los servicios financieros de un banco y colaboró como docente en la cátedra de Derecho Romano de la Universidad de su ciudad. A partir de entonces, el autor afirmaba andar «a su aire, en negocios». Sin embargo, su principal dedicación desde este momento fue la literatura. Su primer libro de poemas, Las cosas que me acechan (1979), influido por la lectura de Borges, muestra ya un inventario temático -la ausencia amorosa, la pervivencia de la poesía sobre la vida, el transcurso misterioso del tiempo- que desarrollará en su producción posterior. Su siguiente libro, Prosopon (1980), incorpora el cuaderno Homenaje (1980), editado de forma exenta unos meses antes, y enriquece la impronta borgiana con los ecos de un lirismo que oscila entre la cadencia elegíaca y la serenidad elocutiva.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

"LA SEQUÍA", Mayte Dalianegra


La sequía es una cobra nauseabunda,
y cuando ansías su piedad,
ella te mira
con sus verdosos ojos de aguamarina,
más gélidos que los cubitos de tu nevera,
y te percatas, entonces
-—porque hasta ese momento
le rendías la pleitesía que le rinde
un ignorante o un cándido—
de que, a partir de ese instante,
te mirará por encima del hombro,
con soberbia, con arrogancia,
y entenderás que si hasta ahora
el agua manaba dulce y mansa
de los grifos de tu hogar,
desde esa misma ocasión,
será indiferente que telefonees o no, de forma reiterada,
a cuanta compañía diga hacerse cargo del servicio,
pues todo acto en ese sentido resultará infructuoso.

Porque la sequía ha llegado a tu casa
y no solo a ella,
también ha llegado a tu vida, a tu corazón,
otrora regado de deleitables humedades,
y notarás, ¡oh, pobre ingenuo!
cómo los surtidores de tu jardín se han atascado
y ya las aguas, incluso las residuales,
se niegan a salir por las espitas.

Tendrás que habituarte a vivir entre las dunas,
a pisar las ardientes arenas
y a sufrir sed desde el orto solar hasta la aurora,
porque el río que colmataba de amistad
tu menesterosa vida, se está secando
y en su lecho queda, tan solo,
un yermo páramo baldío.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: “Prayer in the desert” (“Oración en el desierto”), Jean Léon Gérôme
 
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"EL GATO", Charles Baudelaire.

Ven, bello gato, a mi amoroso pecho;
retén las uñas de tu pata,
y deja que me hunda en tus ojos hermosos
mezcla de ágata y metal.

Mientras mis dedos peinan suavemente
tu cabeza y tu lomo elástico,
mientras mi mano de placer se embriaga
al palpar tu cuerpo eléctrico,

a mi señora creo ver. Su mirada
como la tuya, amable bestia,
profunda y fría, hiere cual dardo,
   
y, de los pies a la cabeza,
un sutil aire, un peligroso aroma,
bogan en torno a su tostado cuerpo.

Charles Baudelaire.

Pintura de Fattah Hallah.

lunes, 26 de diciembre de 2011

"PENA GRANDE", Mayte Dalianegra


Vivía una pena grande,
se le aferraba a la espalda 
oprimiéndole la tráquea,
le quebraba los silencios
de la mañana a la noche,
de la noche a la mañana,
y la envolvía en un manto 
de gotas precipitadas.

Con la alborada dormía,
y en la noche fría y húmeda,
sus ojos se alborotaban
como crines de caballos
batiendo por la yeguada.

Vivía una pena grande,
concentrada de salitre,
embebida de salmueras,
y su vida se escapaba
emulsionada en marismas.                

Pero llegado a aquel cruce
de diligentes relojes,
donde las agujas marcan
las horas del interludio
entre la vida y la muerte,
ella prefirió la vida,
dejando para otro tiempo
dormitar el Sueño Eterno.

(Mayte Dalianegra)

Pintura:"The tambourine girl" ("La chica de la pandereta"), 1906, John William Godward

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"!LA HEMOS VUELTO A HALLAR!", Arthur Rimbaud.

¡La hemos vuelto a hallar!
¿Qué?, la Eternidad.
Es la mar mezclada
con el sol.

Alma mía eterna,
cumple tu promesa
pese a la noche solitaria
y al día en fuego.

Pues tú te desprendes
de los asuntos humanos,
¡De los simples impulsos!
Vuelas según..

Nunca la esperanza,
no hay oriente.
Ciencia y paciencia.
El suplicio es seguro.

Ya no hay mañana,
brasas de satén,
vuestro ardor
es el deber.

¡La hemos vuelto a hallar!
-¿Qué?- -La Eternidad.
Es la mar mezclada
con el sol.

Arthur Rimbaud.

Pintura: "From Pentire Point", 1909, Arthur Hughes.

sábado, 24 de diciembre de 2011

"SALVE REGINA", Mayte Dalianegra.

La Virgen, Reina y Señora de los frutos de la tierra,
ha alumbrado un Chiquillo,
un pimpollo sonrosado de mejillas que son pétalos
de aterciopeladas rosas y de níveas azucenas.

Sobre el encarnado manto de la amantísima Madre,
se encarna Dios en un Niño,
Él será para su pueblo perpetua luz de esperanza,
Él será para los hombres sacrificio y redención.

Mayte Dalianegra.

Pintura: “Our Lady of the Fruits of the Earth”, (“Nuestra  Señora de los Frutos de la Tierra”), 1917,  Frank Cadogan Cowper.


Aun cuando no soy creyente, dedico este humilde poema a quienes sí lo sean y celebren la Navidad, así como a todos aquéllos que festejen estos días.

¡¡¡FELICES FIESTAS!!!

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lunes, 19 de diciembre de 2011

" A MI PADRE", Mayte Dalianegra


Vives, padre,
en un bucólico jardín bordeado de limoneros.
Las buganvillas escalan la tapia
para admirar la vastedad del paisaje que se rinde, 
fuera, a un horizonte inabarcable e infinito.

Vives, padre,
entre árboles en flor,
entre azahares purísimos esplendiendo su albura.

Vives, padre,
en la recóndita médula de mis recuerdos
más bellos y queridos,
y mientras yo siga viva,
vivirás conmigo, padre,
vivirás conmigo.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: "Almendro en flor", Vincent van Gogh

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viernes, 16 de diciembre de 2011

"UN SONETO (AUNQUE NO SEA LOPE DE VEGA)", Mayte Dalianegra


Un soneto me manda hacer Violante, 
aunque no sea Lope, ni de Vega 
apellidarme pueda, ni en la friega 
de ansiar las distinciones arrogante 

deba mostrarme, siendo una aspirante 
como otra a convertirme, con entrega, 
en trovador que el ánima sosiega 
y arrulla el corazón más apremiante. 

Poeta quiero ser de envergadura 
—aunque el tiempo me mire en la distancia—, 
poeta sin llegar a la locura. 

Que codicio perderme en asonancia,
en consonancia hallarme la cordura 
y en la pluma volcarme en abundancia. 

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: "Die briefschreiberin" ("La escritora"), 1655, Gerard Ter Borch o Gerard de la Notte

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jueves, 15 de diciembre de 2011

"LA TUMBA DE AKR CAAR", Ezra Pound


Yo soy tu alma, Nikoptis. He velado
estos cinco milenios y tus ojos muertos
no se movieron ni nunca han respondido a mi deseo,
y tus miembros ligeros, que atravesé en llamas,
no han ardido conmigo ni con azafranada cosa alguna.

Mira, la hierba leve se levantó para hacer tu almohada
y te besó con una miríada de lenguas vegetales;
mas tú no me besaste.
De tanto leerlo gasté el oro de la pared
y fatigué mi pensamiento en los signos.
Y no hay nada nuevo en este sitio.

He sido amable. Mira, he dejado los cántaros sellados
por si despertabas y murmurabas por tu vino.
Y he mantenido suaves las túnicas sobre tu cuerpo.

¡Oh despreocupado! ¡Cómo podría olvidar!
-Hasta el río hace tanto tiempo-
¿el río? Eras menos que joven
y tres almas vinieron sobre Ti
y yo vine.
y volé sobre ti, las hice huir;
he sido íntima contigo, te he conocido.
¿Acaso no he tocado tus palmas y las puntas de tus dedos?
¿Acaso no me he deslizado a través tuyo hasta los talones?
¿Cómo entré? ¿Acaso no soy yo tú y Tú?

Y ningún sol viene a socorrerme en este lugar
y estoy desgarrada contra la oscuridad tenebrosa;
y ninguna luz me golpea y no dices
palabra, día tras día.
¡Oh! podría salir, a pesar de las marcas
y toda su hábil labor sobre la puerta,
salir a través de los campos de verde cristal...

Mas hay quietud aquí.
No me voy.

Ezra Pound

Pintura: "Pharaohs handmaidens" (" Las sirvientas del faraón"), John Collier (1850 - 1934)

martes, 13 de diciembre de 2011

"IMPÍA SEDUCTORA", Mayte Dalianegra


Baila en tus pupilas
una luna llena
que con su aura a ras de suelo
te lame los muslos
de arena y revela un bajío rojo.

Me miras
como el coral que ansía la transparencia
y requieres de mí
carne suave de caracola,
escarchada de sal,
ebria de espuma, con un mar palpitando
en sus volutas, para en esas olas
aliviar tu boca de su hambruna.
Jugosa y suculenta,
enciende en tu lengua una rabiosa llama
cuando la rastrea con brisa curtida
bajo el sol del trópico.

Ondulante, concéntrico,
un rumor ciego atraviesa manglares
hasta blandir el exiguo filo del gemido.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: “Cleopatra y César” (1866), Jean-León Gérôme
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Música: "Smells like teen spirit", Nirvana.

"EL LEÓN", Alfonsina Storni.

Entre barrotes negros, la dorada melena
paseas lentamente, y te tiendes por fin
descansando los tristes ojos sobre la arena
que brilla en los angostos senderos del jardín.

Bajo el sol de la tarde te has quedado sereno
y ante tus ojos pasa, fresca y primaveral,
la niña de quince años con su esponjado seno:
¿sueñas echarle garras, oh goloso animal?

Miro tus grandes uñas, inútiles y corvas,
se abren tus fauces; veo el inútil molar,
e inútiles como ellos van tus miradas torvas
a morir en el hombre que te viene a mirar.

El hombre que te mira tiene las manos finas,
tiene los ojos fijos y claros como tú.
se sonríe al mirarte. Tiene las manos finas,
león, los ojos tiene como los tienes tú.

Un día, suavemente, con sus corteses modos
hizo el hombre la jaula para encerrarte allí,
y ahora te contempla, apoyado en los codos,
sobre el hierro prudente que los aparta de ti.

No cede. Bien los sabes. Diez veces en un día
Tu cuerpo contra el hierro carcelario se fue:
Diez veces contra el hierro fue inútil tu porfía.
Tus ojos, muy lejanos, hoy dicen: ¿para qué?

No obstante, cuando corta el silencio nocturno
el rugido salvaje de algún otro león,
te crees en la selva, y el ojo, taciturno,
se te vuelve en la sombra encendido carbón.

Entonces, como otrora, se te afinan las uñas,
y la pregunta seca de una salvaje sed,
la piedra de tu celda vanamente rasguñas
y tu zarpazo inútil retumba en la pared.

Los hijos que te nazcan, bestia caída y triste,
de leona esclava que por hembra te dan,
sufrirán en tu carne lo mismo que sufriste,
pero garras y dientes más débiles tendrán.

¿Lo comprendes y ruges? ¿Cuándo escuálido un gato
pasa junto a tu jaula huyendo de un mastín
y a las ramas se trepa, se te salta el olfato
que así puede tu prole ser de mísera y ruin?

Alguna vez te he visto durmiendo tu tristeza,
la melena dorada sobre la piedra gris,
abandonando el cuerpo con la enorme pereza
que las siestas de fuego tienen en tu país.

Y sobre tu salvaje melena enmarañada
mi cuello delicado sintió la tentación
de abandonarse al tuyo, yo como tú cansada,
de otra jaula más vasta que la tuya, león.

Como tú contra aquélla mil veces he saltado.
mil veces, impotente, me volví a acurrucar.
¡Cárcel de los sentidos que las cosas me han dado!
Ah, yo del Universo no me puedo escapar.

Alfonsina Storni.

Pintura: "León", Rosa Bonheur.

viernes, 9 de diciembre de 2011

"AÑOS Y AÑOS", Mayte Dalianegra

A mi madre
Hace años que te fuiste,
años de estrellas apagadas en tus ojos,
de estrellas que ahora son topacios turbios,
años de horizontes difusos, desdibujados,
sangrando su luz violeta
sobre la comisura de una lágrima.
Años de huecos
donde cabe, como un puño menudo,
la memoria de tu risa,
que era un arroyo temprano de primavera
con su tibieza, un pájaro de pecho pardo
gorjeando en la enramada.

Años que son arrugas de tiempo, pliegues
en la cuenca del aire,
grietas donde el viento asienta un gemido
con forma de silencio.

Hace años que te fuiste,
años que van morigerando mis pesares
relativizados en la cúpula grisácea
de un asterisco en el calendario.
Años de recuerdos desvaídos
como los colores de mi infancia,
de lluvias melancólicas que lavan el trigo
que el sol había forjado con su metal precioso,
de redenciones que siembran el mar
con el fuego que palpita en el crepúsculo.

Años en que mi boca te llama repitiendo tu nombre
en el seco tañido de una campana,
años y años
de ausencias,
de cicatrices que un látigo grabó, 
inclemente, sobre la pálida niebla.

Años y años embalsamados,
enmascarando el pertinaz efluvio de la nostalgia
con un fragor de cálices y corolas.
Años y años, dulce madre mía,
con tu cuerpo de espigas y uvas
ofrendado a la tierra.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: “Winding the skein” (devanando la madeja), 1878, Frederic Leighton

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"N Y", Ezra Pound


¡Ciudad mía, mi amor, blanca mía! ¡ah, esbelta,
óyeme! Óyeme y un alma te infundirá mi soplo.
Suavemente en el caramillo, ¡escúchame!

Ciudad mía, mi amada,
eras una doncella todavía sin pechos,
esbelta como un caramillo de plata.
¡Ahora óyeme, escúchame!
y un alma con mi soplo te daré.

Ezra Pound

(Versión de Javier Calvo)

Pintura de Tamara de Lempicka

"EL JARDÍN", Ezra Pound


En robe de parade Samain

Como un ovillo de hebras de seda estampado contra una pared,
ella bordea la tapia de un sendero en los jardines de Kensington
y se va muriendo poco a poco
de una especie de anemia emocional.

Y por allí se pasea una chusma
de hijos de la miseria, inmundos, vigorosos, inextinguibles.
Ellos heredarán la tierra.

Ella es el final de la estirpe.
Su aburrimiento es exquisito y excesivo.
Le gustaría que alguien fuese a hablarle,
y casi tiene miedo de que yo
cometa esa indiscreción.

Ezra Pound

(Versión de Javier Calvo)

Pintura: "El borde del bosque" (1912), Charles Courtney Curran 

"EL ENCUENTRO", Ezra Pound


Mientras ellos hablaban todo el tiempo de la nueva moral,
ella me exploraba con sus ojos.
Y cuando me levanté para marcharme,
sus dedos fueron como el tejido
de una servilleta japonesa de papel.

Ezra Pound

(Versión de Javier Calvo)

Pintura de Robert Lewis Reid

Mis poetas favoritos: EZRA POUND

Ezra Weston Loomis Pound, (Hailey, Idaho, Estados Unidos, 30 de octubre de 1885 – Venecia, Italia, 1 de noviembre de 1972), fue un poeta, ensayista, músico y crítico estadounidense perteneciente a la Lost Generation, (Generación perdida), que predicó fogosamente el rescate de la poesía antigua para ponerla al servicio de una concepción moderna, conceptual y al mismo tiempo fragmentaria.

Su obra monumental, los Cantos, o Cantares, le llevó gran parte de su vida. El crítico Hugh Kenner dijo tras encontrarse con Pound: "He tomado de repente conciencia de que estaba en el centro del modernismo". Poeta vanguardista, crítico y traductor estadounidense que ejerció una enorme influencia en el desarrollo de la poesía y la crítica inglesa y estadounidense a comienzos del siglo XX. Pound nació el 30 de octubre de 1885, en Hailey (Idaho), y estudió en las universidades de Pennsylvania, donde hizo amistad con W. C. Williams, y de Hamilton. En 1907 dejó Estados Unidos y de 1908 a 1930 vivió en Londres, donde trabajó como corresponsal para las revistas estadounidenses Poetry y The Little Review.

"LA AVIDEZ DE LOS NENÚFARES", Mayte Dalianegra


La avidez de los nenúfares
reclama de mí
la suerte de una Ofelia enredando
su núbil cabellera en el seno lacustre
del olvido.

Vida inútil desangrada entre la niebla
del desatino necio,
bebiendo las aguas del Leteo,
fagocitando lotos de pétalos
tan virginales como un papel en blanco.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: “Ofelia” (1910), John William Waterhouse

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"EL OTRO POETA", Sergio Cordero.

Todas las cosas a las que me entrego
se hacen ricas y a mi me dejan pobre.
Rainer Maria Rilke.

Esa esclava que obsedió al orfebre
adorna la muñeca del guarura.

La última acuarela del suicida
se multiplica en el papel tapiz.

La sinfonía del niño prodigio
fue adaptada para un comercial.

Ese verso en el que concentré
años de experiencia y reflexión,
es el eslogan de un vino corriente
o remata el discurso de un político.

Todo aquello a lo que me entregaba
ha quedado tan pobre como yo.

Sergio Cordero.

Pintura de Sherrie Wolf.

"REPUDIA LA RAZÓN", Sergio Cordero.

La razón es inútil,
no es humana.
Es la ínfima parte que nos toca
de Dios.
Y lo demás, lo nuestro,
está en los sentimientos,
la flaqueza.
Porque saberte débil es sentir que estás vivo,
porque la perfección te da la fuerza
y el poder matar.
Te da la muerte,
la muerta perfección.

Estamos vivos.
Nuestra única culpa es seguir vivos.

Sergio Cordero.

Pintura: "El sueño de la razón produce monstruos", Capricho Nº 43, Serie Los Caprichos, (1799), Francisco de Goya y Lucientes.

martes, 6 de diciembre de 2011

"HABANA VIEJA", Mayte Dalianegra


Habana Vieja,
torrente antiguo,
sones y danzones
de melaza y caña hambrientos,
amamantados en pechos de mulatas
que contonean caderas de guitarra,
por aromas de ron añejo
y hierbabuena rasgueadas.

Habana Vieja,
semen de mambises engendrando héroes
hasta el hemisferio austral.
Malecón por el amor traicionado,
cantos de sirena
que son sólo eso: ¡cantos!

(Mayte Dalianegra)

Pintura de Ramón Lombarte
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"CURRICULUM VITAE", Sergio Cordero.


Dilapidó en estúpidos proyectos
el caudal de su ira
y después
miró ante sí una puerta.

Fatigado,
tuvo que recargarse
en el dintel de sus cuarenta años
antes de abrir la puerta y contemplar
sus perspectivas.
Más allá, el futuro
o el destino – el nombre es lo de menos -
le dieron a elegir
varias salidas:
el corazón que estalla,
la ventana al vacío,
el largo viaje detrás de un escritorio.

Sensatamente,
optó por lo primero.

Sergio Cordero.

Pintura de Sherrie Wolf.

"LA BICICLETA", Sergio Cordero.

A Minerva Villarreal.

La bicicleta
lanza su sombra al pavimento
-interminable cinta-
como sólo ella sabe.
La sombra crece, se estira allá, muy lejos,
y alcanza la otra orilla;
luego viene y me cuenta
o, si no,
desaparece, se pierde en un suspiro
y otra surge despacio
para cubrir la ausencia
de la sombra que somos mi bicicleta y yo.
Continúo pedaleando,
ruedo vertiginoso,
me trago el pavimento de esta noche;
luego miro el reloj: la una quince.
Me hundo lentamente por el paso
a desnivel, desaparezco apenas,
pero vuelvo a surgir del lado opuesto
como si así espantara a una parvada
de pájaros chillones
y el mar, atrás, me fuera persiguiendo.
Finalmente, cansado, adolorido,
me detengo a las puertas de la casa.
Dejo la bicicleta en la cochera;
reclino sus manubrios pensativos
-el niquelado brillo de su acero-
y mi propio cansancio
de cara a la pared.

Sergio Cordero.

Pintura de Daniel Pollera.

Mis poetas favoritos: SERGIO CORDERO.

Sergio Cordero nació en Guadalajara, Estado de Jalisco, México, en 1961. Asistió en esta ciudad al taller de literatura de Elías Nandino. Ha sido becario del INBA en poesía (1982), del Centro de Escritores de Nuevo León en narrativa (1987) y de El Colegio de México para el doctorado en Literatura Hispánica (generación 1990-1993).

Vive en Monterrey desde 1984. Es poeta, crítico literario, narrador, dramaturgo, traductor y editor. Sus principales obras son el ensayo Jorge Cuesta: viaje poético de la inteligencia (1981); los poemarios Vivir al margen (1987), Oscura lucidez (1996) y Toda la lluvia (2004); la novela Hermano Abel (2000) y el libro de relatos Los ojos de Anya (2002). Acaba de publicar el volumen de ensayos y entrevistas Escrito en el noreste (CONARTE, 2008).

lunes, 5 de diciembre de 2011

"VUELVO A ESTA PLAYA", Mayte Dalianegra


Vuelvo a esta playa del mundo,
a habitarla como un grano más,
a comprobar, cada tarde,
cómo se defenestra el sol
desde las elevadas cumbres del horizonte,
con la puntualidad de un engranaje suizo.
A asistir, también puntualmente,
a su eclosión matutina,
y a esperar lo inesperado
en este mundo que piso,
en esta la última frontera.

(Mayte Dalianegra)

Pintura de Boris Dragojevic
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"ROMANA", José María Álvarez.

(Retrato de una niña con «Vingt mille lieues sous lesmers»
o como alecciona Flaubert: quelle joie ce serait que de vo
ce bon petit être que de voir ce bon petit etre sèpanouir
aux splendeurs de l'art et de la nature!)

Al corazón gentil acude siempre el amor.

Guido Guinizelli Da Principi.


Que arda en el Deseo
y que sus besos quemen
cuando la estreche entre mis brazos.

Auguste Kopisch.


Dulcísima criatura, de una felicidad
que aún no ha salido de Watteau.
Cuando te miro, adormecida en esta siesta,
y sobre tu regazo, abandonada, esa mano, y
caído de ella, ese libro querido...

En instantes así
cómo todo mi ser
responde
a la invitación de ese abandono, a esos labios
entreabiertos, al olor que imagina
emanar de tu cuerpo.

Qué no daría por besarte, tocarte, por ser yo
quien te hiciera gozar, por verte retozona,
abandonada al placer, por escuchar
tus suspiros, por
beberte.

Pero bien sé que debo contentarme
con esta adoración.
Y dejarte
ahí, dormida.

Escucha.
No hagas caso
jamás de las mentiras
con que querrá amaestrarte nuestro mundo.


como Shakespeare decía,
a rebel's whore,
la puta de un rebelde.

José María Álvarez.
                                                    
Pintura: "Psique", (1909), William Sergeant Kendall.

"NUBES DORADAS", José María Álvarez.

“La nostalgia que siento no está ni en el pasado ni en el futuro…”
Fernando Pessoa

“-En el coche queda una botella de ginebra.
-Por qué no lo dijo antes, en vez de hacerme perder el tiempo
hablando tonterías?”
Daniell Hammettt

“La resistencia se organiza en todas las formas puras”
Tristán Tzara

A Jaime Gil de Biedma

Qué importa ya mi vida.

Cada vez que levanté mi casa, la
destruía. A cualquier país que llego
no amo otro momento
que aquel de divisarlo. Nunca
pude decir dos veces bien venida
a la misma mujer.

Respetarse uno mismo.

Pensar.

Veo crecer los rosales que planté.
Destapo la última botella del último
pedido.

Miro
cómo mi vida salva cuanto hay de noble.

Por ti, oh cultura, y por todos
los que vivos o muertos me hacen compañía, bebo.

Más allá del tiempo y de mi cuerpo,
bebo. Lleno
de nuevo el vaso. Dejo
que lentamente el alcohol vaya cortando
los hilos que me unen
a esta barbarie.

Y con la última
copa, la del desprecio,
brindo por los que aman como yo.

José María Álvarez.

Pintura: "El triunfo de Baco" o "Los Borrachos", (1629), Diego de Silva Velázquez.

viernes, 2 de diciembre de 2011

"A LOS AEROGENERADORES", Mayte Dalianegra


Molinos sin Don Quijote,
blancos gigantes aspados
dibujan el horizonte
de los cerros castellanos.

(Mayte Dalianegra)

Pintura: "Boreas and fallen leaves" ("Bóreas y las hojas caídas"), Evelyn De Morgan

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jueves, 1 de diciembre de 2011

"ARGENT VIVO", José María Álvarez.

¡Qué vida más tranquila parece llevar mi familia!
-pensó Gregorio-
Franz Kafka.

La voluntad y los apetitos… ¡ah!
Edmund Burke.

¿Lo recuerdas? Tuvimos
  la Luna en la palma de la mano.
  Nunca otra vez la música
de aquel tambalillo de la playa
volverá a hacernos bailar,
ni, sin que nosotros lo escuchemos,
a crujir el mundo volverá.
Volverá tu marido, no es mal tipo,
en su jardín tu aburrimiento a colgar,
y el calorcillo que alumbra entre tus muslos
¿a quién llamará?
Quizá otros brazos y otros besos
profundamente sentirás,
y tu marido y yo quizá acabemos
bebiendo solitarios en un bar,
haciéndonos amigos; como es lógico
evocarte nos unirá.
Pero recuerda, como yo te he leído a Scott Fitzgerald
nadie te lo leerá.

José María Álvarez.

Pintura:  "Nighthawks"  ("Halcones de la noche" o "Noctámbulos"), 1942, Edward Hopper.

Mis poetas favoritos: JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ.


José María Álvarez nace en Cartagena, (España), el 31 de Mayo de 1942. Es Licenciado en Filosofía y Letras, Especialidad de Geografía e Historia (Universidades de Madrid y Murcia) y también realizó estudios de Filosofía Pura (Universidades de Madrid y La Sorbona). Su vida ha estado consagrada a la Literatura y a los viajes.Tiene dos hijos - Miguel  (1964) y Rafael (1966) - de su primer matrimonio. Actualmente reside en la costa del Levante español y en París.

Sus primeras actuaciones literarias tuvieron lugar en 1957, en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros del Sureste: organización de Cine-clubs, conferencias, teatro, etc. De esa época datan sus primeras publicaciones: ALMA Y POESIA y PSYCHE.