domingo, 28 de marzo de 2021

"LA GUERRA PERDIDA", Mayte Llera (Dalianegra)


Naces,
y tu primera bocanada de aire
inaugura la lista de las batallas ganadas.

Luego vendrán otros
que tejerán sus mimbres contigo,
aunque muchos embocen
sus rostros en la niebla
y se perciban irreconocibles,
difusos como las fibras leprosas del humo.

Cuántas escaramuzas
irán curtiendo tu cuero
entre la escoria
que dejarán las noches y los días.

Cuántas cicatrices,
esculpidas a hierro y fuego,
escindirán tus rocas
hasta desmoronarlas
y hacerlas discurrir en torrentes de arena,
para más tarde
amasar con ella el adobe
que fortificará tus muros.

Una tras otra
se te presentarán contiendas,
y no hallarás más refugio
que seguir blandiendo tu espada
contra el demonio del segundero.

Una tras otra
irás remolcando
tus victorias y derrotas
por caminos fatigados,
sacando fuerzas de los tuétanos
de tus huesos,
creyendo que el combate
garantiza los laureles.

No te disgustes si en un último momento
descubres que esta guerra solo la gana
la tierra.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura: "Acrasia" (1888), John Melhuish Strudwick 

©: t0V9WG24G0J3xpX7

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"AMOR Y PSIQUE", Carmen Jodra Davó

Amor, hijo de Poros y Penía,
pobre como su madre la Pobreza,
cazador sin fortuna,
un solo pensamiento en la cabeza.
Lo que intenta alcanzar se desvanece
apenas alcanzado;
vuelve a buscar, y busca,
lanzando redes, flechas y añagazas,
infatigable, pobre desgraciado.
 
La diosa se está peinando
entre cortina y cortina;
los cabellos son de oro,
el peine de plata fina,
y entre pasada y pasada
toma néctar y ambrosía.
y la diosa está envidiando
a una pobre ninfa
que se debate perpleja, tan joven, tan joven,
tan joven y hermosa
como perdida.
 
¿Y bien?... Que se quemó el Amor los dedos
sobre su propia antorcha
por esa tan hermosa que ha irritado
a Afrodita la hermosa.
Porque tiene el encanto incomprensible
de lo indefenso y lo recién nacido,
porque mira con ojos muy abiertos,
porque no entiende a Dios ni entiende el mundo,
y porque se devana la cabeza
tratando de entenderlos, y no puede,
y porque su estupor le pide a gritos
el trozo que ella siente que le falta...
Y porque el joven dios ve de repente
que ella es el trozo que le falta a él,
y todo hace que Afrodita sea
—tan fuerte, tan segura—, casi fea...
 
Y así fue, y así ha sido.
El uno que sabiendo lo que quiere
no logra mantenerlo,
la otra ignorante tanto de qué busca
como del modo de llegar a ello,
al margen de Afrodita,
al margen de la incomprensible espita
por la que orina el mundo incomprensible,
al margen de la vida y de la muerte,
para siempre abrazados.
Ahora son ya dos pobres desgraciados.
Pero dos. Para siempre.

(Carmen Jodra Davó)

Pintura: "Eros y Psyche" (1805), Louis Jean François Lagrenée 

miércoles, 24 de marzo de 2021

"SACRIFICIO", Mayte Llera (Dalianegra)



No sabe por qué está ahí,
solo escucha llorar y chillar
a otros como él,
a otros que tienen
su misma apariencia,
su misma voz.

Pero
no puede hablar;
no es que no pudiera haber aprendido,
es solo que su garganta
nunca se lo permitió.

Esa garganta
que nació para servir
a otros motivos,
a otros intereses;
esa garganta
que nació para el cuchillo

del mismo modo que él
—sublimado en su inocencia—
vino a este mundo
carente de redenciones
para llenar nuestros platos.

(Mayte Llera, Dalianegra)

Pintura de Franc Marc 

Copyright: ML0Sneb5vFJBDF8u


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"XXII", María Dolores Arana

 

Por la tarde la lluvia
me trae un aire
el aire de mi tierra
el de mis pinares.
Por la tarde la lluvia
me trae un aire
el de mis Peñas de Aya
y mis manzanares.

(María Dolores Arana, de “Árbol de sueños”)

Pintura: "Castillo de Gaillard en Andelys" (1924), Felix Vallotton

T

"TE REGALO MIS DÍAS...", María Dolores Arana


Te regalo mis días
y mis noches,
azul viento,
viento azul.
Que así te quiero,
con ese esmalte
de ojos, ese bogar
marinero y esas
ráfagas, antojos
de destrozar mi velero.

(María Dolores Arana, de "Canciones en azul")

Pintura: "La tormenta en el Mar de Galilea" (1633) Rembrandt

Mis poetas favoritos: MARÍA DOLORES ARANA

 


María Dolores Arana (Zumaya 1910 - Hermosillo, en México, 1999). De origen vasco, fue una de las primeras mujeres que ganó oposiciones al Cuerpo Auxiliar de Aduanas, al que también perteneció su padre. Realizó estudios de magisterio y piano y estuvo en relación con el Ateneo Guipuzcoano y el Grupo de Arte Gu. Parece que tuvo contactos con Madrid, Barcelona y Zaragoza, de los que apenas hay noticias. Sin embargo, fue en la capital de Aragón donde cimentó su vocación literaria. Así, publicó varios textos en la revista "Noreste" y en 1935 editó el poemario "Canciones en azul", número 2 de los "Cuadernos de Poesía de la Editorial Cierzo", con un retrato de Federico Comps y ornamentación de Gaspar Gracián, que saludó el propio Tomás Seral  y Casas en la revista citada. Serrano Asenjo en "Estrategias vanguardistas" dedica un extenso y útil comentario a este libro. Durante el siglo XX será el único autor español que se refiera a ella, aparte de la breve nota de Juan Manuel Bonet en su diccionario de vanguardias, en la que nos informa de sus colaboraciones juveniles en la barcelonesa "Hoja literaria".

 La primera de sus tres colaboraciones en "Noreste" corresponde al número 7, publicado en el verano de 1934 y es un curioso y muy breve poema trisílabo, que tituló “Resaca”. Volvió a publicar en los números 9 y 10, este último dedicado monográficamente a mujeres, poemas de su "Canciones en azul", un libro en que el afán de integración con la naturaleza junto a la hostilidad y el rechazo hacia el mundo incómodo de la realidad es el tema que adquiere mayor protagonismo.

Durante la guerra civil María Dolores fue secretaria de José Ruiz Borau, entonces en el Consejo de Aragón, y entabló una relación sentimental con el futuro novelista que dejaría a su familia y se exiliaría con ella en Francia, adonde había acudido enviado por el S.I.M. (Servicio de Información Militar) y, desde octubre de 1941, en Méjico. Como es sabido, Ruiz Borau, con el que tuvo dos hijos, adoptaría su apellido y, a partir de entonces, firmaría todos sus libros como José Ramón Arana. Tras unos años de convivencia, el matrimonio se separó, pero María Dolores Arana siguió con su actividad intelectual. Durante su exilio mejicano publicaría al menos tres libros más, "Árbol de sueños" (1953) –poesía-, "Arrio y su querella" (1966), acerca de las primeras herejías cristianas y Zombies, "El misterio de los muertos vivientes" (1987),  en el que aborda con rigor el fenómeno del vudú haitiano. 

"Árbol de sueños", con un prólogo en verso de Concha Méndez y muy breve (23 poemas), es un libro de insatisfacción y soledad, que parece encubrir un conflicto, probablemente de carácter amoroso. De tono medio y a menudo tópico, falta la chispa de originalidad que dé fuerza a su poesía.

María Dolores Arana ejerció la crítica de arte y fue amiga de Manuel Altolaguirre, Concha Méndez, Emilio Prados y Luis Cernuda, con el que tuvo una relación muy directa y sobre el que publicó numerosos artículos y llegó a alojar en su casa. Hay entre ambos un importante epistolario que ya ha sido publicado. Entre 1961 y 1976  "Papeles de Son Armadans", la revista de Camilo José Cela, a quien también le unió la amistad, publicó diecisiete colaboraciones debidas a su pluma. En diarios y revistas mejicanas como "Novedades", "El Heraldo", "El Nacional", "Excelsior", "Las Españas", "Ruedo Ibérico", "Nivel", "Literatura", "El rehilete", "El Gallo Ilustrado", "Kena", "Mujeres", "Revista Mexicana de Literatura"… se recogen, asimismo, muchos de sus artículos. 

(Biografía extraída del blog de Javier Barreiro)