Decías que en el mar de mis ojos astures
zozobraba tu nave y naufragada se hundía,
como pecio custodiado por el abismo de mis pupilas.
Decías que tu amor no sería fugaz huracán,
sino cálida brisa acariciando mi piel;
que nunca tomarían los hielos
aquello que nos quemaba,
que nunca fenecería lo que ahora agonizó.
Decías, decías, tanto decías…
pero en todo aquello no había más que mentiras.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: "Leila" (1892) Sir Frank Dicksee