Voz de David
La muerte, Alda,
es un imperio de ángeles
que se precipita en el corazón.
El fuego ha invadido mis manos.
No sabía que el cuerpo
pudiese tener arterias
de fuego y de beatitud.
Y desde aquí te miro,
desde cada lugar en donde tú respiras.
Aunque tú no creas,
te llevaré conmigo
hasta la cima del universo
donde podrás ver
las tormentas de tu vida.
Y ese día descubrirás
que Dios sólo hace una cosa:
esparce nuestro aroma
en el infinito
para dar vida a Su respiro.
(Alda Merini)
Pintura de William Adolphe Bouguereau
La muerte, Alda,
es un imperio de ángeles
que se precipita en el corazón.
El fuego ha invadido mis manos.
No sabía que el cuerpo
pudiese tener arterias
de fuego y de beatitud.
Y desde aquí te miro,
desde cada lugar en donde tú respiras.
Aunque tú no creas,
te llevaré conmigo
hasta la cima del universo
donde podrás ver
las tormentas de tu vida.
Y ese día descubrirás
que Dios sólo hace una cosa:
esparce nuestro aroma
en el infinito
para dar vida a Su respiro.
(Alda Merini)
Pintura de William Adolphe Bouguereau