A Gustave Moreau
Ambos, en los boscajes que sintieron el son
de contiendas remotas; mágica paz nacía,
y alba de milagrosas lágrimas los ceñía
bañándolos en fértil y extraña floración.
Por los aires flotaba letal emanación.
Su palabra el poder del encanto decía;
el héroe, tras ella, de sus armas vertía
relámpagos radiantes del ilustre Toisón.
Sobre lagos de plata llovía luz del cielo.
Aves maravillosas pasaban, y su vuelo
en el bosque regaba pedrería luciente.
Amor les sonreia. Mas la fatal esposa
llevábase consigo, colérica y celosa,
con su padre y los dioses, los filtros del oriente.
(José-María de Heredia)
Traducción del francés de Otto de Greiff
Pintura: “Jasón y Medea” (1865), Gustave Moreau. Museo de Orsay, París