miércoles, 24 de marzo de 2021

Mis poetas favoritos: MARÍA DOLORES ARANA

 


María Dolores Arana (Zumaya 1910 - Hermosillo, en México, 1999). De origen vasco, fue una de las primeras mujeres que ganó oposiciones al Cuerpo Auxiliar de Aduanas, al que también perteneció su padre. Realizó estudios de magisterio y piano y estuvo en relación con el Ateneo Guipuzcoano y el Grupo de Arte Gu. Parece que tuvo contactos con Madrid, Barcelona y Zaragoza, de los que apenas hay noticias. Sin embargo, fue en la capital de Aragón donde cimentó su vocación literaria. Así, publicó varios textos en la revista "Noreste" y en 1935 editó el poemario "Canciones en azul", número 2 de los "Cuadernos de Poesía de la Editorial Cierzo", con un retrato de Federico Comps y ornamentación de Gaspar Gracián, que saludó el propio Tomás Seral  y Casas en la revista citada. Serrano Asenjo en "Estrategias vanguardistas" dedica un extenso y útil comentario a este libro. Durante el siglo XX será el único autor español que se refiera a ella, aparte de la breve nota de Juan Manuel Bonet en su diccionario de vanguardias, en la que nos informa de sus colaboraciones juveniles en la barcelonesa "Hoja literaria".

 La primera de sus tres colaboraciones en "Noreste" corresponde al número 7, publicado en el verano de 1934 y es un curioso y muy breve poema trisílabo, que tituló “Resaca”. Volvió a publicar en los números 9 y 10, este último dedicado monográficamente a mujeres, poemas de su "Canciones en azul", un libro en que el afán de integración con la naturaleza junto a la hostilidad y el rechazo hacia el mundo incómodo de la realidad es el tema que adquiere mayor protagonismo.

Durante la guerra civil María Dolores fue secretaria de José Ruiz Borau, entonces en el Consejo de Aragón, y entabló una relación sentimental con el futuro novelista que dejaría a su familia y se exiliaría con ella en Francia, adonde había acudido enviado por el S.I.M. (Servicio de Información Militar) y, desde octubre de 1941, en Méjico. Como es sabido, Ruiz Borau, con el que tuvo dos hijos, adoptaría su apellido y, a partir de entonces, firmaría todos sus libros como José Ramón Arana. Tras unos años de convivencia, el matrimonio se separó, pero María Dolores Arana siguió con su actividad intelectual. Durante su exilio mejicano publicaría al menos tres libros más, "Árbol de sueños" (1953) –poesía-, "Arrio y su querella" (1966), acerca de las primeras herejías cristianas y Zombies, "El misterio de los muertos vivientes" (1987),  en el que aborda con rigor el fenómeno del vudú haitiano. 

"Árbol de sueños", con un prólogo en verso de Concha Méndez y muy breve (23 poemas), es un libro de insatisfacción y soledad, que parece encubrir un conflicto, probablemente de carácter amoroso. De tono medio y a menudo tópico, falta la chispa de originalidad que dé fuerza a su poesía.

María Dolores Arana ejerció la crítica de arte y fue amiga de Manuel Altolaguirre, Concha Méndez, Emilio Prados y Luis Cernuda, con el que tuvo una relación muy directa y sobre el que publicó numerosos artículos y llegó a alojar en su casa. Hay entre ambos un importante epistolario que ya ha sido publicado. Entre 1961 y 1976  "Papeles de Son Armadans", la revista de Camilo José Cela, a quien también le unió la amistad, publicó diecisiete colaboraciones debidas a su pluma. En diarios y revistas mejicanas como "Novedades", "El Heraldo", "El Nacional", "Excelsior", "Las Españas", "Ruedo Ibérico", "Nivel", "Literatura", "El rehilete", "El Gallo Ilustrado", "Kena", "Mujeres", "Revista Mexicana de Literatura"… se recogen, asimismo, muchos de sus artículos. 

(Biografía extraída del blog de Javier Barreiro)