A la que más he amado y adorado
cortando flores vi por la ribera;
más de las que su mano recogiera
fueron las que su pie abrió en el prado.
Millar de lazos que el Amor ha armado,
flotaba el oro de su cabellera;
el aire de su voz alivio era
del fuego de sus ojos escapado.
El río se detuvo —tal vez quiso
de esa hermosura, vivo paraíso,
ser el espejo y de su crencha blonda.
Parecía decirle: Oh Tú, fulgente
faz, digna sólo de imperial corriente,
ven a radiar en mi tranquila onda.
(Torquato Tasso)
Pintura: "Flora", John William Waterhouse