Bienvenida,
Perséfone vegetal que resurges
bajo la urdimbre dorada
cuando la primavera
tarda y llega en la canícula.
De entre hojas y tallos ajenos
emerge el recordatorio estacional
de los tuyos,
y cuando riego el jardín
veo tu mata
semejando grutescos caprichosos
de acanto corintio,
pero no, tu reino
no fue de este mundo,
sagrada xicaxochitl.
Bienvenida,
dalia de pétalos afilados
como lanzas ensangrentadas
de verano.
Llevas en tu corola estrellada
la sonrisa rubicunda de un aleluya,
la misma alegría
que enmaraña
las leoninas melenas
de los cometas.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: "Dalias", Pío Collivadino (1869 – 1945)
La "musa" inspiradora de este poema, en mi jardín