¿Qué fue de aquella dama ungida de prebendas,
del rojo terciopelo que en bucles abrigaba
el mármol de su abrazo? ¿Qué fue de su mirada,
perdida en la agonía de un tiempo que se escapa,
de un mundo que ya expira? ¿Y del lustre escarlata
que arrebolaba labios y encendía mejillas?
¿Qué fue de su bondad, del gesto mayestático
apresado en la urdimbre y en la trama del lino,
cautivo en los estratos de óleo y aguarrás?
¿Qué fue de su perrito, mascota diminuta
descansando en regazo de mimo, de ternura?
¿Qué fue de aquel pelaje de suave, dócil rizo?
El arte nos devuelve la imagen de una época
que nunca conocimos; trae la fina pátina
del color que persiste anclado a su estertor.
No ven nuestras pupilas el brillo de otros ojos,
no ven su alma serena, si acaso su apariencia,
viviendo en la mirada de aquel que fue un espejo.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: “Retrato de dama de rojo con perrito” (1532 -33), Jacopo
Carrucci (llamado El Pontormo) o tal vez de su discípulo Bronzino. Städelsches
Kunstinstitut, Frankfurt
Música: "Adoramus te", Giovanni Pierluigi da Palestrina