martes, 1 de junio de 2010

MIS POETAS FAVORITOS... Manuel Machado.

Manuel Machado, (1874 - 1947), nació en Sevilla, el 29 de agosto de 1874. Era hijo del folclorista sevillano Antonio Machado Álvarez y de Ana Ruiz. Su hermano, Antonio, también se destacaría en el mundo literario.

De su padre heredó el amor a lo auténtico del carácter popular andaluz. También su infancia debió transcurrir, como versa su hermano Antonio, en un patio de Sevilla, en donde habría un alegre huerto con, al menos, un limonero, en el seno del Palacio de las Dueñas, en donde su padre trabajaba como administrador de la ilustre casa ducal de Alba.

Cuando Manuel tenía 9 años, su familia se trasladó a Madrid, donde cursó sus estudios y obtuvo el título de Licenciado en Filosofía y Letras.

A partir de esos años, la familia Machado volvería a Sevilla en muy escasas ocasiones pero lo sevillano y lo andaluz siempre fue para él una referencia viva, aunque distante, por la nostalgia y el amor que derramaban sus padres hacia la tierra que les vio nacer.

En Madrid, el joven Manuel empieza a dar a conocer sus primeras poesías.

Fue Director de la Hemeroteca y del Museo Municipal. Como periodista fundó varias revistas literarias y colaboró en diarios de la época, de América y Europa. Fue traductor en París a partir de 1899. Se casó en 1910.

En 1938, se lo designó miembro de la Real Academia Española, luego de dedicarle poemas al General Franco, como “Al sable del caudillo”. Esto le valió a Manuel el reconocimiento y el salvoconducto para poder vivir dentro de un régimen que exterminó y arrojó al exilio a tantos poetas, literatos e intelectuales de mucha valía, entre ellos su propio hermano. Cuentan sus biógrafos, que poco tiempo después de publicada, sintió Manuel un gran arrepentimiento por escribir y publicar la fatal poesía, máxime cuando se enteró de la muerte de su madre y hermano, en el obligado exilio francés.

"Un buen poeta menor" decía la crítica de Manuel Machado. Aunque Borges contestó así, con exquisita vehemencia, a un crítico español en Madrid: “¿Dice usted Antonio Machado? ¡No sabía que Manuel tenía un hermano!».

Manuel y Antonio, dos poetas hermanos que despuntaban en aquel Madrid de principios del siglo XX, ambos llegaron a colaborar en la creación teatral, siempre impregnada de situaciones que recordaban al típico ambiente andaluz. La obra cumbre de la creación teatral de los hermanos Machado, es sin duda, «La Lola se va a los Puertos» de la cual se han hecho un par de versiones cinematográficas. Otras obras teatrales en cooperación fraternal fueron «La duquesa de Benamejí» ; «La prima Fernanda» ; «Juan de Mañara»; «Las adelfas»; «El hombre que murió en la guerra»; «Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel». Después los dos hermanos poetas se encaminan por senderos separados que les conducen, hacia el final de sus vidas, a abrazar los dos diferentes bandos en los que desembocó España por culpa de la guerra civil. Manuel y Antonio, a pesar de recorrer caminos separados en la creación poética, siempre conservaron un paralelismo en sus obras, que cualquiera que las observe con algún detenimiento, descubrirá en cada una de ellas, algunos retazos o matices que delatan la fuente común de la que bebieron y vivieron.

Tiene Manuel Machado una poesía titulada «Adelfos» que bien pudiera llevar el subtítulo de "Autobiografía". Se trata de una de las más bellas autobiografías poéticas de la literatura española; en ella, el poeta describe con bellos florilegios, una argumentación muy paralela a la contenida en la poesía «Retrato» de su hermano Antonio. Ambas poesías están construidas de versos alejandrinos; ambas poesías se componen de serventesios, -nueve serventesios la de Antonio, uno menos la de Manuel; y ambas poesías describen con maestría inigualable, las autobiografías poéticas respectivas.

También tiene Manuel otro paralelismo asombroso, en relación con una bella poesía titulada «La saeta». Quizá, «La saeta» más conocida, la que puso música el cantautor J.M: Serrat, es la poesía de Antonio Machado. Pero no menos bella, aunque sí menos difundida es «La saeta» de Manuel Machado. Estos asombrosos paralelismos que se pueden detectar en los dos hermanos Machado, no desmerecen en nada, la calidad poética de cada uno. De todo ello hay que desterrar toda vaga sospecha de plagio y centrarnos en la idea de unos orígenes, vivencias y estilos, lógicamente muy comunes. Después, la vida, con sus avatares, hizo que quedaran sus destinos muy separados, por culpa de las ideologías o del simple azar. De toda guerra civil, siempre se dice que es una lucha entre hermanos, y en el caso de estos dos poetas, no puede ser la frase de mayor literalidad.

La abulia entra en el cuadro de sus rasgos espirituales: ese “Hubiera podido ser”…tan fluctuante, es una expresión muy real de su personalidad. Lo torero, a lo que los críticos llaman “andalucismo”, llega en sus composiciones a una perfección espontánea, musical y realista.

Llegó a ser un magnífico retratista. Con insuperada plasticidad, logró en el verso pinturas y retratos de mano maestra.

Sus raíces modernistas, expuestas en “Alma” (1900), comienzan a desvirtuarse en su obra “ Alma, museo y cantares” publicada en 1907, donde utiliza un lenguaje coloquial, que profundizó en sus obras posteriores. “El mal poema” de 1909, “Cante hondo” (1912) “Canciones dedicatorias (1915), “Caprichos”, “Trofeos”, “Phoenix” (1936), “Museo” y “El amor y la muerte”.

El 19 de enero de 1947, falleció en Madrid, arrepentido de las convicciones políticas franquistas que había exteriorizado.

Con el aperturismo español de los años 60 y 70 en donde ya se vislumbraba (o más bien se anhelaba) el final de la opresora dictadura franquista. Aquella juventud que militaba en el antifranquismo, dio de lado a todo poeta amparado por la dictadura, La obra de Manuel Machado fue dada de lado, y su vacío se llenó con la obra poética de su hermano Antonio. No se trata aquí de comparar cuál de los hermanos dispone de una mayor profundidad poética, más completa, de mayor calidad. Esto, como otras muchas cosas, queda para ser escogido por el gusto de cada cual. Pero nuestro poeta es el gran conocedor y divulgador de letras de los cantes flamencos, que a decir con el gracejo típico andaluz, ha quedado bajo el conocido nombre de "cante jondo". No es nada raro que parte de su inspiración la hubiera tomado de la enorme colección de letras de cantes flamencos, que su padre fue recopilando a lo largo de muchos años, tomadas directamente de los anónimos cantaores andaluces y que publicó en un libro titulado «Cantes flamencos».Manuel Machado fue un gran estudioso de todos los estilos del cante flamenco y escribió poesías idóneas, que bien pudieran ser adaptadas para la música de una garganta y una guitarra española.