Como la abierta corola
de una peonía rosada,
así medra este amor,
que con tierno mimo injerto
entre cientos de ciruelos
florecidos en invierno.
Esos frutos nacerán,
y endulzarán
nuestras nieves,
y darán paso a otras mieles
más sabrosas,
de un gusto a oscura melaza,
que se fundirá en las bocas
de quienes tanto se aman.
Llegarán las primaveras
floridas entre naranjos,
y de aroma a azahares
se renovarán las calles.
Y pasearemos del brazo
bajo el sol mediterráneo,
con cerezas en las manos
mientras se enciende el verano,
con lágrimas en los ojos
por habernos encontrado.
Y esta vez en el otoño,
cuando las hojas se muden,
como mudan las culebras
el metal de sus escamas,
nos robaremos un beso
a la sombra de un castaño.
(Mayte Dalianegra)
Pintura: "Primavera", Sergei Chaplygin