Hace dos semanas
que contengo el aliento,
y contengo la lluvia,
y contengo la sal.
Hace dos semanas
que mis oídos no acogen
tu timbre ronco
en rugido de fiera,
que mis pupilas no escrutan
las minúsculas oquedades
de tus poros,
que mis manos
no se arremolinan,
como palomas torcaces,
sobre tu piel atezada
por la lumbre,
que no se apropian
de tu robusta tersura
y la comprimen con dedos ávidos,
ansiando el ascenso
de una tibia pleamar de espuma.
Hace dos semanas
que me siento amapola florecida,
que me late su pigmento bermellón,
que me quema la sombra de tu nombre,
que me vierto como llama sobre ti.
Porque hace dos semanas
que te he tenido dentro, muy dentro, y aún
ahí, te llevo.
Mayte Dalianegra.
Pintura de Erik K. Wallis.
que contengo el aliento,
y contengo la lluvia,
y contengo la sal.
Hace dos semanas
que mis oídos no acogen
tu timbre ronco
en rugido de fiera,
que mis pupilas no escrutan
las minúsculas oquedades
de tus poros,
que mis manos
no se arremolinan,
como palomas torcaces,
sobre tu piel atezada
por la lumbre,
que no se apropian
de tu robusta tersura
y la comprimen con dedos ávidos,
ansiando el ascenso
de una tibia pleamar de espuma.
Hace dos semanas
que me siento amapola florecida,
que me late su pigmento bermellón,
que me quema la sombra de tu nombre,
que me vierto como llama sobre ti.
Porque hace dos semanas
que te he tenido dentro, muy dentro, y aún
ahí, te llevo.
Mayte Dalianegra.
Pintura de Erik K. Wallis.