Reciben el ímpetu
Y se amamantan de la mar gris.
A la izquierda y la ola,
abre su puño contra el elevado
promontorio alambrado de púas.
De la prisión de Deer Island
con sus cuidados criaderos,
corrales y pastos de ganado.
A la derecha, el hielo de marzo
abrillanta aún los pocitos en las peñas,
acantilados de arenas penetrantes.
Se levantan de un gran banco de piedra
Y tú, contra esas blancas piedras
caminabas en tu ófrica chaqueta.
Negra, negros zapatos, cabello negro.
Te detuviste allí,
detenido vértice.
En la punta lejana,
afianzando piedras, aire,
todo ello, al unísono.
Y se amamantan de la mar gris.
A la izquierda y la ola,
abre su puño contra el elevado
promontorio alambrado de púas.
De la prisión de Deer Island
con sus cuidados criaderos,
corrales y pastos de ganado.
A la derecha, el hielo de marzo
abrillanta aún los pocitos en las peñas,
acantilados de arenas penetrantes.
Se levantan de un gran banco de piedra
Y tú, contra esas blancas piedras
caminabas en tu ófrica chaqueta.
Negra, negros zapatos, cabello negro.
Te detuviste allí,
detenido vértice.
En la punta lejana,
afianzando piedras, aire,
todo ello, al unísono.
Sylvia Plath.
Pintura: "Hijo del hombre" (1964), René Magritte. Museo Magritte, Bruselas.