ímpetu volcánico,
besos enredando las nubes
con la estela dulce de las madreselvas,
abrazos como nudos gordianos;
hoy, la languidez de un silencio gris
enfriando la luz.
Cuánto madrugó esa tibieza
que convirtió en fugaz
la llamarada, amortajando con cenizas
el plumaje de nuestras alas.
¿Qué hacer
para retener en nuestras bocas
el aire de los pulmones del otro?,
¿cómo ensogarnos a su mástil
para sortear el oleaje
que nos empuja hacia la lontananza?
¿Qué hacer
para conseguir
la mirada del otro,
la sonrisa del otro,
la palabra del otro?
El amor hiere más que las balas,
horada el corazón
y luego escupe los despojos.
(Mayte Dalianegra)
Pintura: "La Dama de Shalott", John William Waterhouse