La noche se escurre furtiva
sobre las gélidas aguas,
y esa farola de luz mortecina que es la luna,
ilumina un malecón donde se estrellan
las olas embravecidas
del desamor.
Cuántos besos se perdieron en mis versos
sin que rozaran tu piel,
cuántas alegrías murieron
en las comisuras de mis labios
sin que los tuyos pronunciaran condolencia alguna.
Solo resta la esperanza
de que tras esa lúgubre nebulosa
aparecerá la faz, sonrosada y oronda,
de un nuevo día.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: “Paisaje marino, efecto nocturno”, Claude Monet