Baila en tus pupilas
una luna llena
que, con su aura a ras de suelo,
te lame los muslos
de arena
y revela un bajío rojo.
Me miras
como el coral que ansía la transparencia
y requieres de mí
carne suave de caracola,
escarchada de sal,
ebria de espuma, con un mar palpitando
en sus volutas, para en esas olas
aliviar tu boca de su hambruna.
Jugosa y suculenta,
enciende en tu lengua una rabiosa llama
cuando la rastrea con brisa curtida
bajo el sol del trópico.
Ondulante, concéntrico,
un rumor ciego atraviesa manglares
hasta blandir el exiguo filo del gemido.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura de Martín Laspina