La amistad no viaja en buque de guerra
ni en carguero atestado,
tampoco en navío con mil pasajeros,
pues, de hacerlo, correría
la suerte del Titanic.
La amistad no conoce fenómenos
como las redes sociales
—de designio incierto—,
ni sabe de otra cosa
que hinchar el velamen de la barca
donde navega la entrega sincera,
ni sabe de más compromiso
que remendar esa vela
cuando la rasgue el tifón del arrebato.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura: “Cosiendo la vela” (1896), Joaquín Sorolla y Bastida. Museo de Arte Moderno Ca´Pesaro, Venecia, Italia.