Las mujeres como yo
no son de gélida escarcha,
nosotras fuimos forjadas
entre lava vesubiana.
Las mujeres como yo
no son de resina antigua,
ni de espejo veneciano,
nosotras somos pavesas
de ese fuego que el crisol
del tiempo futuro inflama.
Las mujeres como yo,
a menudo se equivocan,
y se enamoran de alguien
que vale menos que nada;
pero cuando eso sucede,
nos resarcimos en brazos
de quien valore el amor
que emane de un corazón
honesto, sincero y puro.
Mayte Dalianegra
Pintura: “Hebe”, Carolus Duran (1837 – 1927). Palacio de las Bellas Artes de Lille, Francia
no son de gélida escarcha,
nosotras fuimos forjadas
entre lava vesubiana.
Las mujeres como yo
no son de resina antigua,
ni de espejo veneciano,
nosotras somos pavesas
de ese fuego que el crisol
del tiempo futuro inflama.
Las mujeres como yo,
a menudo se equivocan,
y se enamoran de alguien
que vale menos que nada;
pero cuando eso sucede,
nos resarcimos en brazos
de quien valore el amor
que emane de un corazón
honesto, sincero y puro.
Mayte Dalianegra
Pintura: “Hebe”, Carolus Duran (1837 – 1927). Palacio de las Bellas Artes de Lille, Francia