Petrarca, de nombre completo Francesco Petrarca, nació el 20 de julio de 1304 en Arezzo. Cuando tenía ocho años, su familia se trasladó de Toscana a Avignon (Francia). En 1326, tras la muerte de su padre, Petrarca, que había estado estudiando Leyes en la Universidad de Bolonia, regresó a Avignon, donde pronunció los votos eclesiásticos menores, hacia 1330. El Viernes Santo de 1327, vio por primera vez a Laura (posiblemente la dama Laure de Noves, (hacia 1308-1348), la mujer idealizada por el poeta, cuyo nombre inmortalizó a través de sus poemas líricos, y que le inspiró una pasión que se ha convertido en proverbial por su constancia y pureza.
Poeta y humanista italiano, considerado el primero y uno de los más importantes poetas líricos modernos. Su perfeccionamiento del soneto influyó en numerosos poetas posteriores, desde los españoles Garcilaso de la Vega y Quevedo hasta los ingleses William Shakespeare y Edmund Spenser. Su amplio conocimiento de los autores de la antigüedad y su restauración del latín clásico le valieron la reputación de "primer gran humanista", pero, además, contribuyó definitivamente a la instauración del italiano vernáculo como lengua literaria.
Durante su vida, transcurrida principalmente al servicio de la Iglesia y de la familia Visconti, viajó por toda Italia, Francia, Alemania y los Países Bajos. En Florencia, en 1330, conoció al escritor Giovanni Boccacio, con quien ya había mantenido correspondencia desde algún tiempo antes. Ambos se situaron al frente de un movimiento de redescubrimiento de la cultura de la antigüedad clásica, de rechazo hacia la escolástica medieval y de defensa del nexo entre las creaciones pagana y cristiana. Entre 1353 y 1361, Petrarca permaneció en Milán y, hasta 1374, entre Padua, Venecia y Arquà. Probablemente, como consecuencia de sus frecuentes viajes, se desarrolló en él el deseo de ver a Italia unida, administrando la herencia del Imperio Romano.
Merecedor de un gran respeto durante su vida, fue nombrado poeta laureado por el Senado de Roma, en 1341. Murió en Arquà el 18 o el 19 de julio de 1374. Su creencia en la continuidad entre la cultura clásica y las doctrinas cristianas le llevaron a impulsar el humanismo europeo, una síntesis, en definitiva, de ambos ideales, el pagano y el cristiano. Petrarca escribió en latín e italiano. Entre sus obras en latín destacan África (1342), un poema épico sobre el conquistador romano clásico Escipión el Africano, y De viris illustribus (1338), una serie de biografías de personajes ilustres. También en latín escribió églogas y epístolas en verso, el diálogo Secretum (1343), y el tratado De vita solitaria (1356), en el cual defendía una "vida solitaria", dedicada a la naturaleza, el estudio y la oración. Su amplia colección de cartas ha resultado muy útil por la cantidad de detalles históricos y biográficos que contienen.
La más famosa de sus obras es una colección de poemas en italiano titulada Rime in vita e morta di Madonna Laura (posterior a 1327), y que después fue ampliada a lo largo de su vida y se conoce como Cancionero. Es una colección de sonetos y odas, inspirados casi todos ellos en su amor no correspondido por Laura, y reflejan a la perfección el carácter del poeta y de su pasión amorosa en un italiano vernáculo extremadamente melodioso y refinado. También en Laura se inspiró para componer otro conjunto de poemas, Triunfos (1352-1374), que detallan la elevación del alma humana desde el amor terrenal a su realización a través de Dios. Muchos de ellos fueron transformados en madrigales por el compositor italiano Claudio Monteverdi.
La más famosa de sus obras es una colección de poemas en italiano titulada Rime in vita e morta di Madonna Laura (posterior a 1327), y que después fue ampliada a lo largo de su vida y se conoce como Cancionero. Es una colección de sonetos y odas, inspirados casi todos ellos en su amor no correspondido por Laura, y reflejan a la perfección el carácter del poeta y de su pasión amorosa en un italiano vernáculo extremadamente melodioso y refinado. También en Laura se inspiró para componer otro conjunto de poemas, Triunfos (1352-1374), que detallan la elevación del alma humana desde el amor terrenal a su realización a través de Dios. Muchos de ellos fueron transformados en madrigales por el compositor italiano Claudio Monteverdi.
El Cancionero de Petrarca actuó como un diapasón en la literatura europea de la época y del renacimiento. En España, el marqués de Santillana escribió siguiendo sus planteamientos Sonetos fechos al itálico modo, pero fue el valenciano Ausias March el verdadero difusor de la poesía petrarquista. Su concepto idealizado de la mujer —Laura— pervivió hasta bien entrado el siglo XVI. Pero esta poesía también encontró detractores que rechazaban el endecasílabo, como Cristóbal de Castillejo, por considerarlo ajeno a la tradición castellana y preferir el dodecasílabo tradicional.