A veces, a menudo,
con demasiada frecuencia,
el candor de nuestras pupilas
se arrebata ante el destello metálico
de las plumas del pavo real.
Entonces no duda
en su elección, como no duda
en que ésta le proveerá
de dicha sinfín.
Mas luego, más tarde,
después de un tiempo,
descubre lo que todo cuanto existe
cobija en el envés de su sombra,
y comienza a germinar
la decepción,
y empieza a gestarse la guerra.
con demasiada frecuencia,
el candor de nuestras pupilas
se arrebata ante el destello metálico
de las plumas del pavo real.
Entonces no duda
en su elección, como no duda
en que ésta le proveerá
de dicha sinfín.
Mas luego, más tarde,
después de un tiempo,
descubre lo que todo cuanto existe
cobija en el envés de su sombra,
y comienza a germinar
la decepción,
y empieza a gestarse la guerra.
Mayte Dalianegra.
Pintura: “El juicio de Paris” (1904), Enrique Simonet.