miércoles, 23 de marzo de 2011

"MIS POETAS FAVORITOS", Julio Herrera y Reissig.

Julio Herrera y Reissig, (Montevideo, 9 de enero de 1875 - ídem, 18 de marzo de 1910), poeta, dramaturgo y ensayista uruguayo iniciado en el romanticismo tardío y líder de la vanguardia modernista en la literatura uruguaya.

Hijo del Dr. Manuel Herrera y Obes y sobrino del ministro y más tarde presidente de la República Dr. Julio Herrera y Obes, fue miembro de una familia patricia uruguaya, de situación económica desahogada y conexiones importantes en el ámbito social y cultural.

La única condicionante material de Julio Herrera y Reissig fue su precaria salud. En 1892, a los diecisiete años de edad, debe abandonar los estudios formales a causa de una enfermedad cardíaca congénita, agravada al contagiarse de fiebre tifoidea. Esta circunstancia le impide además cualquier tipo de viajes, salvo una breve estada en Buenos Aires y cortas visitas a ciudades del interior uruguayo.


La experiencia mundana es sustituida por su condición de ávido lector y, a partir de 1900, conduce conjuntamente con Roberto de las Carreras reuniones literarias desde el ático de la mansión familiar en Montevideo, conocida como La Torre de los Panoramas ; a causa de las importantes vistas que desde allí se tenían al Río de la Plata.

Allí empieza la evolución desde el romanticismo hacia la vanguardia modernista y surrealista que lo convertiría póstumamente en una referencia obligada de la poesía latinoamericana de la época, junto a Leopoldo Lugones, Ricardo Jaimes Freyre y Salvador Díaz Mirón.

Muere en Montevideo a la temprana edad de 35 años, mientras que la publicación de sus obras y el consecuente reconocimiento literario se producirá años después. El escritor y crítico literario uruguayo Ángel Rama (1926-1983) expresó lo siguiente:"En poco menos de diez años y aun moviéndose en el más estrepitoso y superficial bazar art nouveau, creó una lírica de sutil sensibilidad moderna, de impecable precisión lingüística".

Escribió Jorge Luis Borges sobre la obra de Herrera y Reissig, en un artículo publicado en 1924, en Inicial, Buenos Aires, pp 31-34: "La lírica de Herrera y Reissig es la subidora vereda que va del gongorismo al conceptismo, es la escritura que comienza en el encanto singular de la voces para recabar finalmente una clarísima dicción. De igual manera que en la cosmogonía mazdeísta se oponen belicosos el mal y el bien, fueron armipotentes en su yo la realidad poética y el simulacro de esa realidad. Fue un posible forastero de la literatura, pero al fin entró a saco en ella".

Pablo Neruda, en Diorama de la cultura, suplemento de Excelsior, Mexico, 16 de noviembre de 1969, p3, escribe: "Yo llevé la pasión Herrera y reissiana a Madrid, a mi generación. Es verdad que algún brillante erudito se preocupó alguna vez de él: Existía la erudición, pero no la pasión. Nada más apasionante que la poesía de este uruguayo fundamental, de este clásico de toda la poesía. Así fue que leí a Vicente Aleixandre, y luego a Federico, a Alberti, a Altolaguirre, a Cernuda, a Miguel Hernández y a algunos otros más, las décimas góticas de Herrera y Reissig... Herrera y Reissig sublima la cursilería de una época, reventándola a fuerza de figuraciones volcánicas..."

Herrera y Reissig escribió ficción, ensayos políticos y muchas otras obras, pero es fundamentalmente conocido y reconocido por su producción poética: Canto a Lamartine (1898), Las pascuas del tiempo (1902), La vida (1903), Los parques abandonados (1902-1908), Los éxtasis de la montaña (1904-1907), Las clepsidras (1909), La torre de las esfinges (1909).