Se extingue la madrugada
como la estrella moribunda que es,
clavando el azul —profundo y eléctrico—
de su luz mortecina,
en el vacío de un cosmos
que de insondable
se quedó ciego y sordo
a toda realidad
que no sea la rutina.
La nostalgia la tejen las arañas,
o puede que sea una melaza que se nos pega
a las alas, pues el sueño de otro vuelo
espera ansioso a cruzar
el puente de las horas cenicientas
—salvar esa distancia—,
y que un arcoíris de neón
nos palpite nuevamente.
(Mayte Llera, Dalianegra)
Pintura:"La gran oruga azul", José Luis Muñoz