Quizás ese eco profundo
que se desploma
con rugido de ola,
con redoble de tambor,
océano bravo
engastado en el acantilado
de una estrella que amenaza
con implosionar toda una galaxia,
sea el bramido seco,
desabrido, árido y desértico,
de la bestia que me habita.
Quizá sea llanto de pasión enfebrecida,
de dolor, de angustia,
de desesperanza plena,
exhaustiva,
doliente como una aurora boreal
ante los ojos del ciego,
catarsis necesaria
que precede a la purga,
que anticipa la expiación del pecado
de nacer sin consciencia plena.
Quizá todo eso sea necesario
para que las hojas retoñen en las ramas caducas,
para que el ciclo se transforme en perpetua espiral
y el corazón se purifique
con sus diástoles y sístoles.
(Mayte Dalianegra)
Pintura: “The Fates gathering in the stars” (“ Las Parcas recolectando las estrellas”), 1887, Elihu Vedder