Su tristeza era suave
como el color de un lirio.
Y su dolor habia conocido
a los primeros enamorados
que habitaron el planeta.
Por eso ahora
que se habían separado,
comenzaron
a estar
más cerca
que nunca
el uno del otro.
(Miguel Ángel Asturias)
Pintura: "Manos con lirio soñado", Soledad Fernández